¿Un consejo regulador sin bodegas familiares?

Pues bien, resulta que ahora nuestros representantes políticos sí que han encontrado la mejor fórmula para identificarnos, diferenciar nuestros vinos y aumentar su valor, crear un Consejo Regulador de Origen Rioja Alavesa. Ya en sí, tal decisión chirría un mucho porque, si una denominación la da una tierra, un clima, un paisaje… espero que en la nueva denominación incluirán a los pueblos de la Sonsierra Riojana que también están al sur de las sierras de Toloño y de Cantabria, tienen unas de las mejores tierras vinícolas y gozan del mismo clima que los pueblos de Rioja Alavesa. ¿O va a ser una denominación basada en la división puramente administrativa y no en el entorno físico y natural, como exige cualquier denominación?

Además, si crear un nuevo Consejo Regulador es la solución, supongo que habrá habido un estudio previo, un diagnóstico y habrán hablado con todos los sectores afectados, antes de tomar una decisión de tamaña envergadura. Habrán hablado con viticultores, con vitivinicultores, con bodegueros jóvenes y menos jóvenes, con enólogos y gente entendida en el mundo del vino… hasta con la Casa del Vino, en Laguardia.

Porque sabrán que en Rioja Alavesa hay viticultores que trabajan las viñas y venden la uva a cooperativas o grandes bodegas. Vitivinicultores que trabajan las viñas y hacen vino que venden a otras bodegas. Otros que trabajan las viñas, hacen vino en sus bodegas y venden el vino embotellado y, parte de lo que no pueden vender embotellado, lo venden a granel. También hay bodegas que no poseen viñedo propio y compran uva o vino en cualquiera de los pueblos que están acogidos a la Denominación Rioja, representando un gran porcentaje del vino elaborado en Rioja Alavesa. Sin hablar de los muchos viticultores riojano-alaveses que tienen viñas en jurisdicción de La Rioja, bien porque las han heredado o porque son del marido o de la mujer, que proceden de otra comunidad autónoma. Resumiendo: una gran mayoría de viticultores de Rioja Alavesa no hacen vino, pues venden las uvas a las grandes bodegas, que son las que ponen el precio, y mucho del vino elaborado procede de viñedos que están fuera de Rioja Alavesa.

Sabrán también nuestros políticos que en algunos pueblos hace más de veinte años que no se levanta una nueva bodega de las llamadas familiares. Muchos de los cosecheros, que construyeron bodega en los años 80/90 del pasado siglo, están para jubilarse o se han jubilado y, como sus hijos se han ido a trabajar fuera y no quieren saber nada del campo, no hay continuidad. Otros no tienen hijos que sigan con las viñas ni con la bodega… viñas y bodegas que, a los precios que está la hectárea de viñedo, irán a caer en manos de las grandes bodegas.

La mayoría de quienes levantaron bodegas familiares en esa época y resisten están cansados de tanta burocracia y papeleo, tanto de la Administración como del Consejo Regulador, así como del poco peso que tienen en unas instituciones que tan poco valor dan al pequeño bodeguero por mantener la tradición familiar. A un pequeño bodeguero que se le pide ser agricultor, enólogo, administrativo, vendedor y hasta especialista en redes sociales, si quiere dar a conocer y vender su producto. ¿Para qué entonces un Consejo Regulador, si apenas quedan bodegas familiares que son las que mantienen la propiedad de la tierra, la identidad y el buen hacer, además de sustentar la población?

Y ahora, en este periodo en el que todo vale con tal de salvar unos presupuestos, vienen los políticos proclamando que han encontrado la solución a tanta problemática: unos, cargándose la Historia con la imaginativa propuesta de 'Viñedos de Álava', otros no queriendo mezclarse con el vecino y proponiendo un Consejo Regulador para Rioja Alavesa… y los más no sabiendo qué opinar. Y yo me pregunto, ¿hemos perdido el juicio?