Eduardo Anitua consulta la radiografía de un paciente en su clínica de Armentia Igor Martín
Eduardo Anitua | Investigador y odontólogo

«Hemos conseguido crear un microclima especial de innovación en Vitoria»

Recoge el lunes de mano de los Reyes el Premio Nacional de Innovación por su trayectoria y el mes que viene recibirá la Medalla de Álava

Sábado, 19 de marzo 2022, 01:17

Ni los premios ni el trabajo le alejan de la realidad. Eduardo Anitua, odontólogo, investigador y, fundador del instituto biotecnológico BTI recibe en menos de ... un mes dos distinciones, una nacional el lunes y otra emocional, a las puertas de San Prudencio. Y sacará hueco para escribir discursos entre operaciones, proyectos de investigación y clases de implantología oral a especialistas de medio mundo. Reflexiona sobre la guerra, el lugar que ocupa Vitoria en el mapa de la innovación, sus antepasados y el déficit de transportes. Revisión completa.

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– El lunes recibe el Premio Nacional de Innovación por su trayectoria. ¿Tiene este reconocimiento algo especial?

– Un premio nacional tiene una gran relevancia y que dentro del campo de la innovación el Gobierno este año se haya enfocado en lo sanitario, creo que es importante. Soy un poco el representante de todo lo que se está haciendo en este país en investigación y biomedicina.

– Puede que estos premios pasen desapercibidos con lo que está ocurriendo en Ucrania.

– Estamos todos consternados, nadie creo que se podía imaginar que en pleno siglo XXI se retransmitan la guerras. Es increíble ver que detrás de esas imágenes hay miles de muertos y un sufrimiento que no se va a aplacar en décadas.

– ¿Afecta a la actividad de BTI?

– Tenemos presencia en Ucrania y en Rusia, y por supuesto que ha sido una situación que nunca nos hubiera gustado vivir. Mire, por Vitoria probablemente hayan pasado más de 100 dentistas ucranianos en estos años y venían con dentistas rusos y yo nunca era consciente de que podía existir una rivalidad a este nivel.

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La guerra

Tenemos presencia en Ucrania y en Rusia y esta ha sido una situación que nunca nos hubiera gustado vivir»

– Usted intenta ser optimista en las crisis. ¿Encuentra ahora cómo mirar hacia adelante?

– De todas estas situaciones de crisis dramáticas esperemos que todo el mundo saque conclusiones. Estamos viendo un drama en Ucrania, pero se está viviendo otro en Afganistán, en Venezuela, en Cuba y así en muchos países. Ocurre que hay países que nos resultan más cercanos y es como un sufrimiento compartido. Soy de los que cada vez que hay una situación de crisis como fue el inicio de la pandemia pienso que es el momento de cerrar tu burbuja y de hacer ver que tu esfuerzo está ahí y que todos no dediquemos a dar nuestra mejor versión.

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– ¿Cuál es la salud de la innovación en España y en Vitoria?

– Creo que nuestro país tiene un extraordinario talento, lo difícil es encontrar puertos donde pueda crecer. Hemos conseguido crear un microclima especial en Vitoria alrededor nuestro y creo que afortunadamente además de que nuestro proyecto va creciendo hay otros alrededor que se van consolidando. Lo importante es que esto no sea flor de un día, sino que dentro de 30 años sigan creando investigadores, innovación y puestos de trabajo, y una industria innovadora biomédica.

¿El TAV? «Ojalá»

– Mantener todo aquí en una ciudad pequeña le ha costado mucho trabajo. ¿La gente es consciente de lo que es levantar algo como BTI en un 'patatal'?

– De cero, eso es. En este tipo de proyectos pienso que hace falta pasión, talento y por supuesto muchísimas horas de trabajo. Y hay algo para mí incuestionable, crear un equipo humano y luego profesional.

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– Por todo esto también va a recibir la Medalla de Oro de Álava. Si el primer premio es un halago profesional, ¿éste es sentimental?

– Tiene otro componente emocional. Tenga en cuenta que mi familia, que por lo menos sepamos, desde 1500 es de estas tierras. Hasta ahí ha llegado la búsqueda en nuestro árbol genealógico y, por tanto, somos vitorianos de toda la vida. Y evidentemente es algo que por supuesto hace ilusión. Ahora que vivimos momentos de migración, el haber conseguido que tu familia y tu proyecto continúe en tu ciudad no es una casualidad, ha sido una decisión firme.

Medalla de Álava

«Hace ilusión, tengan en cuenta que mi familia, por lo menos que sepamos, desde el año 1500 es de estas tierras»

– ¿Citará en su discurso a su tío Ignacio Aldecoa?

– Lo tengo presente. Ha sido una persona importante y de hecho espero que venga su hija ese día porque le hará ilusión.

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– El reconocimiento foral también recoge esa faceta suya de embajador de Álava.

– Mire, para mí es curioso e impactante. Entre esta semana y la pasada igual han pasado por Vitoria personas de 8 o 9 países y todo el mundo se sorprende de que exista un nivel de ciudad y un nivel científico en un sitio que la mayor parte de la gente no sabía ni que existía. Es este lugar al norte de España en el que ahora todo el mundo va sabiendo que hay buena gastronomía, un buen vino y también una muy buena medicina. En terapia regenerativa Vitoria es en estos momentos un referente internacional.

– ¿Sin TAV?

– ...(suspiro) Ojalá lo consigamos. España no tuvo la visión de saber lo importante que es estar bien conectado. Llevamos un retraso de 20 años y es increíble y doloroso.

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