Ramiro González, diputado general junto a Mónica Calvo, presidenta del Centro Gallego, posan con los objetos intercambiados durante el acto.

El Centro Gallego echa raíces en Álava

El Palacio de la Provincia abre sus puertas para homenajear los 70 años de vida del centro

Jon Casanova

Vitoria

Jueves, 13 de noviembre 2025, 18:54

El Palacio de la Provincia ha acogido este jueves la recepción institucional al Centro Gallego de Álava con motivo de su 70 aniversario. Un acto « ... sencillo pero muy formal», en palabras del diputado general, Ramiro González, que ha subrayado el carácter simbólico de la cita y ha expresado su «agradecimiento a todos los gallegos y gallegas» que han contribuido al desarrollo y la cohesión social de Vitoria a lo largo de las últimas siete décadas.

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Aquella Vitoria de los cincuenta, en apenas veinte años pasó de ser una pequeña localidad agrícola de unos 50.000 habitantes a convertirse en una urbe industrial con más de 169.000 residentes. «Fue un proceso de crecimiento absolutamente exitoso», ha afirmado el diputado, que lo clasifica en tres partes. «Trabajo, formación y vivienda», factores clave para acoger a los miles de trabajadores llegados desde distintos puntos de Euskadi, Galicia, Burgos o La Rioja, entre otros.

Por su parte, la presidenta del Centro Gallego, Mónica Calvo, ha agradecido la recepción y ha recordado el esfuerzo de las primeras generaciones de emigrantes que, hace siete décadas, dejaron su tierra natal para empezar de cero en una ciudad desconocida. «Mi generación ya somos las segundas. Somos unos privilegiados que disfrutamos del trabajo de nuestros padres y abuelos», ha expresado. Calvo destacó el carácter acogedor de Vitoria, donde muchos gallegos han echado raíces y formado familias sin plantearse regresar definitivamente a Galicia tras la jubilación. «Eso dice mucho de la ciudad y de su capacidad de integración», ha añadido.

Relevo generacional

El encuentro sirvió también para reafirmar el compromiso del colectivo con la vida social y cultural del territorio. La presidenta recordó que el Centro Gallego mantiene una actividad constante y un relevo generacional «que viene pisando fuerte».

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Durante el acto se intercambiaron obsequios simbólicos. La asociación entregó a la Diputación un zapato tradicional del rural gallego, con los colores de la ikurriña, como homenaje a las mujeres que trabajaban en el campo. La institución foral correspondió con una medalla conmemorativa y un ejemplar del libro de Antonio Rivera sobre la inmigración en Álava.

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