«Hay más censura que hace 20 o 60 años, ni el público admite algunas cosas»

Enseñó a los vascos a reírse de sí mismos con 'Vaya Semanita'. Dos décadas después de su andadura en ETB, el cómico, guionista, actor y director Óscar Terol (San Sebastián, 1969), se sube a los escenarios con '¡Por comentarlo!', un monólogo cambiante en el que ofrece su propio análisis de la actualidad y sustituye los chistes más regionales por una reflexión sobre la pandemia. Mañana domingo 28 de marzo actúa a partir de las 18.00 en la sala Jimmy Jazz de la capital alavesa.

– Pasó de los bares a la televisión y el año pasado llegó al teatro. ¿Cómo ha sido la experiencia?

– Hasta ahora el teatro había sido un daño colateral, hacía una obra de vez en cuando, pero el año pasado me llamaron de la Sala BBK para hacer un monólogo y emitirlo por Youtube. No tenía nada preparado y hablé sobre lo que se estaba viviendo con el virus y la pandemia, y empecé a actuar gracias a eso. Me he reconvertido en monologuista. Preparo canciones, voy con mi guitarra, canto y hablo. Esta manera de contar me ha salvado de la quema, me encuentro muy a gusto.

– ¿Su humor ya no tiene cabida en televisión?

– Hay demasiado control de contenidos y uno ya no puede parodiar lo que quiera. Te van a acusar de cualquier cosa si no estás alineado con el pensamiento oficial, pero un cómico o bufón tiene que romper con ello. Ahora sólo puede uno reírse de Paquirrín o insultar al partido de enfrente, pero el humor humano que busca posibilidades mejores para todos ya no tiene cabida.

– Pero usted ya rompió tabúes haciendo bromas con temas como el terrorismo.

– Hace unos años podías criticar a una banda terrorista, un gobierno o una política concreta, pero ahora no puedes opinar sobre la vacuna, la pandemia, si son o no son, o hacer una revisión sobre si lo que estamos viviendo es real. Hoy hay más censura que hace 20 o 60 años y ni el público admite algunas cosas.

– ¿Por qué encuentra libertad en el teatro?

– No me tengo que censurar, tengo un contenido y, si veo que el público lo admite y lo acepta, es como ligar. Si veo que están a gusto conmigo y les gusta que me acerque, les acaricias y funciona. No sé si acabaremos haciendo el amor en cada función pero es posible que sí. Voy haciendo pruebas e igual hago un contenido más arriesgado. Si un día me dicen, 'hasta aquí, chico', lo aceptaré.

– ¿Complican las mascarillas la interacción con el público?

– Atenúan las sonrisas y los sonidos, pero ahora los cómicos trabajamos desde la intuición y las sensaciones. Cuando el público disfruta te llega su energía. Pero me cuesta más la separación entre butacas porque, a veces, las parejas que vienen juntas de casa se tienen que separar en el teatro. Es absurdo porque el humor, a veces, se produce por contagio. Te ríes cuando estás con otros, no cuando estás en casa solo. Y el público responde. No he parado de hacer actuaciones desde julio. En Navarra han sido más valientes que los vascos y pude hacer 30 actuaciones en lo peor de la pandemia. Navarra me ha salvado la vida, vivan los espárragos y las alcachofas. Llegamos a juntar a 700 personas en el Baluarte.

– ¿Por qué dice que Navarra le ha salvado la vida?

– He enfrentado toda esta situación desde la pena y desde la rabia. Me da pena que nos tengamos que conformar con una visión y una manera de entender todo esto y que no se escuchen otras voces de científicos y virólogos con otra forma de pensar. Probablemente nadie tenga la verdad, pero como público, ciudadanos y espectadores no hemos podido elegir. Me preocupa que queden secuelas de aborregamiento y miedo general.

– ¿Le preocupa que su opinión ponga a la gente en su contra?

– No me importa. Llevo un año diciendo esto en Instagram pero no estoy siendo diferente. He sido así toda mi vida. Igual Victoria Abril se tuvo que retractar porque se trata de comer, pero yo no dependo de productores e instituciones. No soy un negacionista, soy un dudacionista, y ya veré lo que hago si un día no quieren que actúe.

– ¿Puede el humor ser un bálsamo en la pandemia?

– El humor es amor en ropa de casa, relatividad, es necesario. Cuando empezó todo hice un vídeo por hacer el tonto en Instagram y tuvo millones de visitas. La gente me pedía más y me entró una sensación de responsabilidad. Yo que quería estar tranquilo me vi en la obligación de poner un vídeo cada díaporque me di cuenta de que ayudaban, he recibido miles de mensajes de cariño. '¡Por comentarlo!' habla en un 80% de la pandemia, de los virus, las vacunas. Yo no me río de nadie, pero la gente se ríe cuando hablo de eso porque estamos viviendo algunas cosas ridículas.

– Acompaña sus monólogos con su nueva faceta musical.

– Me había dedicado a la música en privado toda la vida. He compuesto música para documentales y metido musiquitas en programas sin que nadie sepa que son mías, pero nunca lo había hecho público. Toco la guitarra y me gustan las canciones. Era un amor oculto y lo he sacado a la luz. Canté dos canciones en el primer monólogo y como nadie me tiró un tomate ahora canto cinco. Tengo 20 guitarras y hay que rentabilizarlas. Soy fanático de los cantautores y me siento como un adolescente.