La Casa del Cordón cuadruplicará el espacio expositivo del Museo de Ciencias Naturales
La Diputación prevé un centro interactivo. No se exhibirán las 650.000 piezas pero destacará la colección única de ámbar
El Museo de Ciencias Naturales de Álava podrá respirar con su futuro traslado a la Casa del Cordón. Dejará atrás las apreturas que sufre en ... Doña Ochanda y dispondrá del cuádruple de superficie en su nueva ubicación. En la torre -reconstruida en los años sesenta en la calle Siervas de Jesús- apenas dispone de 363,33 metros cuadrados para la exposición repartidos en tres plantas, ya que los niveles superiores no son aptos para claustrofóbicos, con multitud de estanterías de almacenamiento que hacen imposible su apertura al público. Según datos a los que ha tenido acceso EL CORREO, la actual sede de la Fundación Vital y futura localización de una de las colecciones de naturaleza más importantes de España contará con 1.412,74 metros cuadrados. Cuatro veces más.
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Unas cifras que, es cierto, están muy lejos de los 4.446 metros que se esperaban aprovechar en Escoriaza Esquível. Sin embargo, la opción de este palacio renacentista del Casco Medieval está descartada por la «altísima» inversión que supondría su rehabilitación integral y que disparaba su coste por encima de los 17 millones de euros que se habían previsto inicialmente.
Ahora, el presupuesto para el Ciencias Naturales será bastante más ajustado y asumible para la economía de la Diputación alavesa. Sobre todo porque la Casa del Cordón, inmueble que la Fundación Vital cederá a la Administración foral, es un espacio que lleva décadas utilizándose casi a diario y por eso sólo necesitará convertir tanto sus aulas como sus despachos en salas expositivas. No se prevé una reforma de gran envergadura.
Los responsables técnicos del Departamento de Cultura de la Diputación -que dirige Ana del Val, del PSE- respaldan esta operación tras analizar las múltiples posibilidades de este histórico edificio de la 'Cuchi', mucho más amplio de lo que el viandante puede presuponer desde el exterior. Y es que cuenta con un semisótano de 216 metros cuadrados, 309 metros en planta baja y 164 en entreplanta. Los tres pisos superiores disponen de 732,74 metros cuadrados más. Todo esto sin contar con las oficinas y los espacios auxiliares, que en el supuesto caso de que se quieran recuperar, suman otros 194,76 metros más para el oficialmente denominado 'Centro de Conservación del Patrimonio Natural y de Generación de Conocimiento Científico sobre las Ciencias de la Tierra y de la Vida'.
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No hay intención de sacar del almacén las 650.000 piezas del Ciencias Naturales, sino diseñar un relato coherente que aproveche sus fondos y que se combine con elementos audiovisuales y gráficos para explicar desde la creación del planeta hasta el desarrollo geológico y biológico. Un concepto de museo mucho más acorde al siglo XXI que el actual y así superar la «concepción clásica» centrada en la colección, almacenamiento y clasificación de elementos para dar paso a un espacio «donde dar relevancia a la investigación y a la divulgación en clave de fomento de la cultura científica», se lee en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. En otras palabras, menos taxidermia y minerales en vitrinas, y más variedad de elementos para conocer nuestros orígenes a través de experiencias interactivas.
«La demanda social de servicios culturales relativos al mundo natural se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas, por lo que es necesaria la adaptación de las infraestructuras museísticas a dicha demanda para que pueda ser satisfecha de manera adecuada», recalcan los estudios forales que recomiendan y justifican la salida de Doña Ochanda para no quedarse desfasado.
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Está claro que tendrán un rincón privilegiado el ámbar del Cretácico Inferior localizado en Peñacerrada y las icnitas (huellas) de Salinas de Añana que son únicas en el mundo. En cualquier caso no se pretende explotar hasta el último rincón de la Casa del Cordón, sino dejar espacios en reserva de cara al futuro. También será relevante la decisión que se adopte sobre dónde se almacenan los fondos que no se expongan: si en la nueva sede, en un depósito especial o directamente se quedan en las instalaciones de Doña Ochanda.
Redimensionado
Hay abiertas multitud de posibilidades y tampoco existe una prisa imperiosa, ya que la Vital no dejará el edificio de la calle Cuchillería hasta finales de 2025 y su reconversión en Ciencias Naturales jamás llegará antes del año 2026. No se parte de cero. La idea es trabajar a partir del concepto de museo que se diseñó originalmente para Escoriaza Esquível, aunque redimensionado y adaptado a las nuevas características de la sede elegida. Por eso, se está barajando la posibilidad de reservar la sala de la bóveda estrellada en la Casa del Cordón para explicar el pasado del edificio. Un museo dentro de otro museo. Y es que es un inmueble con una historia mayúscula, ya que allí estuvieron los Reyes Católicos y Felipe I ('El Hermoso'), y se supone que Adriano de Utrecht recibió en este mismo lugar la noticia de que le habían elegido como papa.
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Con la apertura de esta nueva época, se busca socializar el conocimiento y reforzar su vínculo con la comunidad universitaria. Porque en el interior de Doña Ochanda trabajan reputadísimos profesionales como el entomólogo Ibon de Olano, el briólogo Patxi Heras, la botánica Marta Infante o el paleontólogo Carmelo Corral que pocos conocen de puertas para fuera. Esto sin perder de vista los lazos que se pueden crear con el Bibat, la Catedral Santa María e incluso el Artium, que convertirán esta zona en una arteria cultural de primer orden.
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