Y tanto que es cara la cacatúa
COSAS VEREDES ·
El futuro de Euskadi pasa por atraer talento y mano de obra de fuera. Poner muros idiomáticos hará que se vayan a otros sitiosHace muchos años, había un chiste de una señora que entraba en una pajarería y sorprendida por la belleza de un ave, preguntaba al dependiente ... por su precio: «¿Es cara la cacatúa?». Este, con cara circunspecta, respondía: «Lo siento, aquí en euskera no hablamos». Aquella pregunta de chiste, décadas después, ya tiene respuesta. La cacatúa es carísima.
Hace unos días, el foro Zedarriak, que reúne a un representativo grupo de empresarios, destapó que uno de los grandes muros para retener y atraer talento a Euskadi es el idioma. De una forma deliberadamente medida, el colectivo señala que «es fundamental dar pasos concretos y progresar de forma decidida en el diseño de sistemas educativos flexibles, en los que las familias procedentes de diferentes territorios, o con requisitos exigentes de movilidad geográfica, encuentren soluciones sencillas a los itinerarios educativos de sus hijas e hijos». En román paladino esto significa que con euskera para todo el mundo, no habrá futuro.
Esta declaración, razonable y compartida con cualquiera que vea el debate sin fanatismo, tiene dos análisis. Por un lado, el fondo y por otro, y no menos importante, la forma.
Lo que dice Zedarriak es de puro sentido común. El futuro de Euskadi pasa por la atracción de talento y mano de obra externa. Gentes que, nacidas en cualquier parte, vengan a aportar. Poner muros idiomáticos hará que se vayan a otros sitios. Porque su objetivo es llegar al lugar donde adaptarse sea más fácil.
Pasa lo mismo con muchos de nuestros jóvenes 'autóctonos'. El euskera es un impedimento para sus carreras profesionales. Al menos, en el sector público. La tentación de ir a Madrid, a cualquier país europeo o a Estados Unidos es grande. Allí las oportunidades se multiplican y los requisitos son menores.
Pero en este país, abrir debates sobre el euskera es como talar el árbol de Gernika. El Athletic, el idioma y ETB son intocables. Por ello, es curioso como Zedarriak -que recordemos que fue reprendido por un informe anterior- redacta su propuesta. La expresión 'cogérsela con pinzas' se refiere justo a esto. Y es hasta normal viendo cómo se las gastan los defensores del palo de la Korrika.
Hace unos años, en verano de 2016, el PSE cuestionó la obligatoriedad del uso del vasco en la Administración. Idoia Mendia señaló entonces que el euskera no podía ser «un impedimento» para ser funcionario. Pedía una reforma de la obligatoriedad de los perfiles que «supondría garantizar mejor la igualdad de todos los ciudadanos a la hora de acceder a la Administración». Hicieron hasta un vídeo que todavía está en los buscadores. Les cayó tal chorreo que abandonaron rápido el discurso. Carpetazo y aurrera.
De aquellos barros, de esa defensa a ultranza del euskera por encima de cualquier raciocinio, han nacido absurdeces como que en las OPE de la Sanidad vasca un título medio de euskera valga el doble que un doctorado. No hace falta explicar más lo ridículo de la situación en una Comunidad en la que la falta de médicos se nota en el tiempo de espera para ser citado en consulta.
Hay más. Hace unos días, la Justicia dictaminó que la exigencia de un alto perfil lingüístico de euskera para acceder a la bolsa de interinos de la Policía Local supone un «trato discriminatorio». No digo que el euskera no sea importante. Pero sospecho, con cierta mala baba, que los exabruptos que causen las multas que pongan los polis vascoparlantes estarán más cerca del idioma de Cervantes que del de Lauaxeta.
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