El calor veraniego no llegará a Álava antes del 15 de julio
En buena parte de España, sin embargo, se enfrentan a otro verano más cálido de lo normal, advierte Aemet
Al contrario que en el resto de España, en Álava todavía habrá que tener las chaquetas a mano las próximas semanas, ya que «el clima estival tardará en entrar», según Margarita Martín, delegada de Aemet en Euskadi. En concreto, el calor veraniego no llegará «por lo menos hasta el 15 de julio».
El próximo mes será el más suave de la temporada estival, al contrario que otros años, cuando «suele ser el más caluroso», y agosto y septiembre, en comparación, más frescos. En conjunto, será un verano característico del País Vasco, con temperaturas suavemente cálidas y unas precipitaciones «ligeramente inferiores a lo normal».
En el resto de España
Sin embargo, los que vayan a pasar sus vacaciones a algún lugar del resto de España, disfrutarán de un verano «mucho más cálido de lo normal». Así será en buena parte de la Península, según las previsiones dadas a conocer este miércoles por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). A un calor que apunta a ser abrasador, se le suman dos circunstancias: una primavera que ha sido la décima más calurosa desde 1961 y que las precipitaciones apuntan a ser más escasas de lo habitual.
Así lo ha asegurado el portavoz de Aemet, Rubén del Campo, que ha concretado en rueda de prensa que julio, agosto y septiembre –los meses que coinciden con el verano astronómico– podrían situarse entre el 20% de los más cálidos registrados en el tercio norte peninsular y las islas Canarias más orientales. Concretamente, hay entre un 50 y un 70% de posibilidades de que así sea, si bien en el resto de España esta probabilidad es menor. Algo similar ocurrirá en el resto del sur de Europa y en regiones del norte de África, con una probabilidad considerablemente alta, superior al 70%, de que el próximo trimestre se clasifique entre los más cálidos registrados. Con datos del 1 de enero al 16 de junio, 2024 es por ahora el tercer año más cálido de la serie, solo superado por 2017 y 2022.
Lo que se descarta de momento es que la primera ola de calor llegue mañana, tal y como indicaban en un principio las previsiones. Tras unos días frescos, desde el viernes predominará un tiempo estable y unas altas temperaturas que no serán excesivas. «Poco a poco se está despejando la incertidumbre, porque había mucha. A día de hoy, parece claro que a partir del viernes subirán las temperaturas en toda España y que serán más altas de lo normal, pero no extraordinarias», afirmó Del Campo.
Una primavera calurosa
Para el sábado y el domingo se esperan de 32° a 34° en el centro, de 34° a 36° en el sur y más de 38° en el valle del Guadalquivir, una situación que se mantendrá el lunes y el martes. «Pero parece que a partir del miércoles, y aquí es donde está la incertidumbre, podrían bajar las temperaturas y el calor quedaría confinado en el este de la Península, aunque dentro de la normalidad». Sobre las precipitaciones, Del Campo ha asegurado que «podría ser un trimestre más seco de lo habitual, especialmente en el norte del país y zonas del interior», aunque el pronóstico en esta variable «hay que tomarlo con cautela».
La comparecencia sirvió también para analizar lo ocurrido en primavera. Del Campo ha precisado que la estación que queda hoy atrás ha sido la décima más cálida desde el inicio de la serie de la agencia estatal, que se remonta a 1961, y la octava más cálida desde 2006. Los valores medios en la España peninsular alcanzaron los 13,1°, 0,7° más que el promedio del periodo entre 1991 y 2020. Incluso en algunos puntos se superaron los 40º a finales de mayo. Esto significa que las primaveras con temperaturas por encima de lo normal «se han amontonado» en los últimos 18 años, «una muestra más del calentamiento que está sufriendo el clima de España».
