Un «supercontagiador» pasó el virus a 24 personas en una residencia de Zuia

El contagio por coronavirus de tres trabajadores de la residencia de mayores Purísima Concepción, en Zuia, elevó ayer el número de afectados a 24 personas. De ellos, 19 son internos y los cinco restantes prestan servicio en el centro. Precisamente, una de ellas fue contratada para realizar una sustitución de cinco días y las autoridades sanitarias la señalan como el posible origen de la infección en el geriátrico de Murgia que, de momento, sigue sin manifestarse y todos continúan sin síntomas.

El diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, no dudó en calificarla de «supercontagiadora». Un término de nuevo cuño para referirse a aquellos que pueden transmitir el patógeno a más gente y con mayor velocidad. Cada portador del Covid-19 puede pasárselo –según algunos estudios– a una media de 2,6 personas y otros, en cambio, pueden hacerlo de forma masiva. ¿Cuál es la razón? Algunos apuntan a la fortaleza de su sistema inmunológico, aunque en este caso es más lógico que esté relacionado con el número de contactos diario.

En ningún caso se trataría de un ejercicio de mala praxis, ya que Sola también explicó que esta trabajadora se sometió a una prueba PCR que dio negativo antes de incorporarse a su puesto de empleo temporal. Más tarde, el resultado se tornó en positivo y fue cuando se iniciaron los análisis en el geriátrico controlado por la congregación religiosa de las Hijas de la Caridad, que han destapado 23 más.

Una situación que, por otra parte, ha dejado en evidencia un problema que los sindicatos llevan denunciando desde hace un tiempo. Y es que el Gobierno vasco reclama a «los empleados que regresen de permisos y vacaciones, y a los nuevos trabajadores que se incorporen» que se hagan una PCR con 72 horas de antelación, algo que no se cumple en todos los centros del territorio y es que en muchas ocasiones es prácticamente imposible.

La situación de Zuia preocupa porque afecta a uno de cada tres internos, pero las autoridades alavesas se consuelan en que –de momento– ninguno ha desarrollado los letales síntomas de esta enfermedad que trae de cabeza a todo el mundo desde hace seis meses. Los afectados permanecen aislados, aseguran los responsables del equipamiento, y se siguen las instrucciones que les marca Osakidetza para evitar que el contagio pase aún a más.

El cribado en las residencias públicas continúa en Vitoria. Unos análisis de serología –anticuerpos en la sangre– con el que se busca 'desenmascarar' a posibles asintomáticos que sin saberlo podrían estar contagiando a sus compañeros. De momento no se han comunicado más casos positivos en el geriátrico foral de Txagorritxu, donde dos usuarios y una trabajadora, han resultado ser portadores del virus. Una situación que se vigila de forma estrecha por los responsables de la Diputación y Osakidetza por dar cobijo a personas con un alto grado de dependencia y, por lo tanto, más vulnerables ante la pandemia.

Tampoco se ha informado del cierre del centro de día Ajuria, donde el jueves se comunicó otro positivo, por lo que se entiende que las autoridades tienen la situación bajo control. Y es que tras presidir el comité de seguimiento del Covid-19, el diputado general, Ramiro González, transmitió que «la práctica totalidad de las personas usuarias de nuestras residencias permanece asintomática y en buen estado de salud».