2023 ha sido el segundo año de la historia que más se ha producido en Rioja. E. C.

Las bodegas de Rioja Alavesa reducen su producción de vino un 1,8% en 2023

Los productores, pese a ello, acumularán más caldos en las bodegas por el desplome de las ventas, que acumulan una caída del 4,6%

Domingo, 14 de enero 2024, 01:22

En un contexto marcado por la sobreproducción de vino, Rioja Alavesa ha hecho los deberes a medias. El sector productivo alavés sacará de la añada de 2023 menos caldos que en 2022, pero el desplome de las ventas, a falta de los datos de diciembre, hará que se acumulen todavía más vinos en las barricas alavesas.

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Según las cifras facilitadas por el Consejo Regulador de la DOCa Rioja a EL CORREO, los productores alaveses han producido 68,66 millones de litros de vino amparados bajo la popular etiqueta. El dato supone la segunda elaboración de vino más alta en los registros actuales, sólo superada por la producción de 2022, cuando de las vides alavesas salieron 69,90 millones de litros.

El recorte de un 1,78%, sin embargo, no servirá para equilibrar un problema de excedentes que, salvo que las estadísticas confirmen un fuerte repunte de las ventas durante estas últimas navidades -no se sabrá hasta febrero-, crecerá en este 2024 en la comarca. Hasta noviembre, las ventas de vino con la etiqueta Rioja acumulan una caída del 4,69% a lo largo del último año, más del doble de lo que se han reducido las ventas.

Si no se constata un importante cambio en diciembre, las reservas de vino, por tanto crecerán más: se habrá vendido menos vino del que se ha producido. Para medir la marcha del negocio vitícola, en el sector se usa una estadística: la ratio. Se calcula dividiendo las existencias de vino por las salidas, tanto mediante ventas como a través de medidas como la destilación. El resultado es un coeficiente que permite saber cuántas cosechas están almacenadas o en proceso de crianza.

En el mundo del vino, se considera que una ratio adecuada debe situarse entre 2,85 y 3,15. Por debajo el precio de la uva se dispararía. Por encima, el problema es el inverso: los precios caen tanto que se pone en riesgo la rentabilidad. Esa cifra llegó en 2020 al 3,7. Sin embargo, este año podría superar incluso esa cifra en el conjunto de la denominación y situarse en el entorno del 3,75 lo que haría más complicado el escenario que cuando buena parte de la hostelería estaba cerrada. En su momento, la consultora KPMG y el Consejo fijaron un plan estratégico a cinco años que pretendía que en 2023 la ratio fuese de 3,38, bastante menos de lo que se espera.

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Los precios de la uva, por tanto, podrían ser incluso inferiores a los 75 céntimos por kilo de uva tinta que se pagaban en la DOCa Rioja durante el verano según la Unión de Uniones de Agricultores.

«Labor intimidatoria»

La foto 'macro' podría ser incluso más preocupante en Rioja Alavesa. Aquí, Jesús Bauza, portavoz de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA), apunta a unas ratios que «en bodegas pequeñas podría ser de hasta un 7,5», cifras que hacen extremadamente complicado vender a un precio sostenible. «Y nosotros no tenemos accesos a los canales que tienen las grandes bodegas. Vivimos del boca a boca y de gente que viene a la bodega», subraya Bauza, con asiento de vocal en el pleno del Consejo Regulador.

Con el objetivo de reducir los excedentes de uva, el Consejo Regulador estrenó en la última vendimia un sistema de inteligencia artificial para detectar excesos de producción en las cerca de 67.000 hectáreas que producen vino de Rioja. Los avisos, enviados por correo postal, generaron polémica entre los productores, a los que se les dio dos semanas de plazo desde que se publicó el aviso de Rioja Alavesa en el Boletín Oficial de La Rioja.

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Según Bauza, el Consejo llegó a detectar «14.000 parcelas excedentarias». Si no se corregían los excesos de producción, la amenaza era clara: la descalificación de los viñedos. Sin embargo, el representante de la UAGA subraya en conversación con este periódico que «no hubo ni tiempo ni personal para realizar las inspecciones», a las que se refiere como una «labor intimidatoria» por parte del gobierno de la etiqueta Rioja.

Para la entidad agroganadera, la denominación ha trabajado durante los últimos años en una estrategia de «crecer y de récord de ventas», que era «la de las bodegas grandes». Ahora, con 66.798 -la UAGA habla de 70.000 porque «hay 5.000 en rotación»- es cuando ha tocado reajustar y fijar un 90% como tope de rendimiento en la campaña del 2023 para la uva tinta. «Pasar de 7.000 kilos por hectárea a 5.800 es algo que requiere tiempo», lamenta Bauza. En su momento, la entidad agraria remitió una protesta formal al Consejo Regulador por el envío de cartas a los productores.

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