Una Blanca de tiempo otoñal
Se avecinan días de temperaturas frescas, con cielos cubiertos y eso que venimos del segundo julio más seco del siglo en Álava
Una Blanca típica –ay, suspiro– de un agosto arquetípico arrancaría con temperaturas sofocantes, con tardes tórridas que invitan a remojarse de cabeza a los pies en plena plaza y a pedir el primer café (o el katxi, más a tono con las fiestas) de la mañana bien frío. Eso es lo suyo. O más bien, eso es lo que esperábamos. La realidad es muy distinta. Los primeros días de labor de este mes han comenzado con temperaturas mucho más propias de mayo primaveral o incluso un octubre otoñal, con más rebequitas a primera hora que tirantes. Ayer lunes se llegaron a registrar mínimas de 8 grados en el centro de Vitoria. Y para estos días de La Blanca en barbecho, no se superarán los 26 grados.
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La tendencia a seis días indica que el panorama no va a cambiar demasiado de aquí al fin de semana, con las 'no fiestas' por en medio. Los pronósticos de Euskalmet vaticinan que el miércoles, para cuando tendría que bajar Celedón, la mínima rondará los 12 grados. El 5, día grande de esta Blanca en blanco, se espera la jornada más calurosa de la semana con una máxima que frisaría los 26 grados. El 6, los cielos encapotados serán los protagonistas, un poco a juego con el estado de ánimo melancólico de una ciudad que, después de dos años, añora sus festejos.
Para el fin de semana, la situación incluso en Vitoria y, en general, en el conjunto de la provincia podría ir a peor. Asoman días frescos, con un sábado y un domingo en los que los termómetros ni siquiera llegarán a alcanzar los 20 grados y las mínimas volverán a rondar los 10 grados (incluso menos de 8 grados se esperan para este sábado). Pensará que se trata de un agosto rarísimo este, a tono con la situación tan extraña que estamos viviendo. Pero, ¿de verdad es así o es que nuestra memoria tiende a dibujar idílicos días de verano con solecito reluciente? Parece que, más bien, lo segundo.
«Es normal que la gente perciba que no son días estos típicamente veraniegos, pero, en realidad, esta situación de viento de componente norte es la más habitual del verano en Euskadi», sostiene Santiago Gaztelumendi, coordinador de Euskalmet. Y, de hecho, la temperatura máxima en el inicio de un mes de agosto se sitúa en la capital alavesa, de media, en torno a los 26 grados, según los últimos registros.
Un verano fresco
Agosto se nos ha venido encima algo fresco y venimos de un julio agostado, muy seco, según los datos de Euskalmet. De hecho, según los registros de la Agencia vasca de Meteorología, ha sido «el segundo o el tercero más seco de este siglo, no ha llovido prácticamente nada distintos puntos de la vertiente mediterránea». Las estaciones alavesas han recogido en todo el mes valores mínimos. Nanclares (0,3 milímetros por metro cuadrado), Subijana (0,5), Abetxuko (0,6) y Páganos (0,7) han recogido precipitaciones hasta un 20% menos de lo habitual. Sólo en 2005 en Rioja Alavesa, cuando se registraron 0 milímetros, se vivió una situación similar.
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Las temperaturas también han estado sensiblemente por debajo de lo normal en julio, según los registros de Euskalmet. En La Llanada han rondado los 18 grados y en Rioja Alavesa, los 20, 0,4 grados menos de lo normal. Ha sido el cuarto julio más frío desde el 2002, con unas máximas mensuales que se alcanzaron el día 22 en Zambrana, con 38,5 grados, Campezo (38,4) y Espejo (38,2).
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