«Las barracas están tan cerca que en casa no podemos ni escuchar la tele»
Vecinos de las calles Labastida y Reina Sofía, en el barrio de Zabalgana en Vitoria, protestan por su instalación a escasos metros de los edificios durante un mes
Judith Romero
Viernes, 16 de julio 2021, 19:09
Apenas unos metros separan la casa de Edurne Kortarriba de la parte trasera de la olla, una de las atracciones preferidas por los adolescentes ... que frecuentan las barracas. «Están tan cerca que en casa no podemos ni hablar por teléfono ni escuchar la tele. Y es así sin parar durante horas, de 17.00 a 21.55», explica esta mujer, una de los cientos de afectados por el traslado del recinto ferial de Mendizabala a distintos barrios de la ciudad.
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Quienes residen en los números más cercanos a la parcela rectangular situada entre las calles Labastida y Reina Sofía pensaron que las barracas se instalarían durante apenas unos días, cuando terminaran las fiestas de Zabalgana. Sin embargo, la situación se alargará hasta el 15 de agosto. Las camas elásticas, el tren del dragón, el carrusel, la churrería, el puesto de vino, la rana y la olla seguirán siendo parte del paisaje hasta entonces e incluso invadiendo el perímetro de algunas viviendas. «Ayer el vapor de las barracas entraba dentro de casa. Considero que hay lugares más apropiados para ponerlas como el descampado del instituto. Si vives en el centro de Vitoria sabes lo que pasa el día de Celedón, pero en estos diez en Zabalgana nunca habíamos escuchado una mosca», explica esta mujer.
Algunos de los residentes en estas viviendas de protección oficial dan las gracias de que las barracas de las «no-fiestas» coincidan con sus vacaciones y poder pasarlas lejos de estos bloques. El recinto, una parcela terciaria, está perimetrado para el control del aforo, de un máximo de 800 personas. Sin embargo, buena parte de estas casas carecen de persianas y los vecinos que se quedarán en la capital alavesa se preguntan cómo van a dormir cuando las barracas prolonguen su actividad hasta las 2.00 de la madrugada.
«No podemos pasar el verano con las ventanas cerradas y en mi salón, que no tiene persianas, podemos llegar a tener 38 grados. No se puede escapar del ruido y muchos tenemos que despertarnos a las 5.00 para trabajar», protesta Tomás del Hoyo, quien se declara preocupado por mascotas como su perra. «Podríamos haber asumido las barracas tan cerca de casa unos días, pero no durante un mes. La ubicación de Mendizabala estaba bien», defiende.
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Los barraqueros aprovechan la vuelta de los recintos festivos para volver a hacer negocio tras un año y medio de inactividad. En vez de instalarlas en el recinto de Mendizabala, el Ayuntamiento de Vitoria las ha dividido en espacios más pequeños en Zabalgana, Salburua y Lakua-Arriaga. A El Pilar llegarán más tarde, durante sus fiestas, en el mes de octubre. Zabalgana también ha recibido algunas barracas en la parcela de la calle Mahatma Gandhi, pero sólo permanecerán allí esta semana. Mientras tanto, los vecinos de Labastida y Reina Sofía piden una solución al Ayuntamiento en el buzón ciudadano. EL CORREO se ha puesto en contacto con el departamento de Espacio Público para conocer si se van a revisar las ubicaciones de las barracas, pero aún no ha obtenido una respuesta. Mientras tanto, otros vecinos de bloques más alejados disfrutan de las atracciones sin tener que desplazarse hasta el parking de Mendizabala. «He cogido la tarde libre para venir con Dona. Es cómodo tener las barracas cerca de casa y los niños van a sacarle partido», celebraba Estitxu Fernández.
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