La barista de Vitoria que dibuja tu retrato en el café
Alexandra Alves entrega a los clientes del bar Av. Sie7e los cafés siempre con dibujos. «Quiero sacarles una sonrisa», comenta
El café con leche despertó en ella una faceta artística que desconocía. Un talento minimalista con el que se encarga de alegrar las mañanas a ... las decenas de vitorianos que frecuentan el bar 'Av. Sie7e'. Porque Alexandra Alves aplica la técnica del barista para dar un sabor más especial a cada uno de esos sorbos que los clientes roban a la taza. Y lo hace siempre, ya sea dibujando en este espumoso lienzo una flor, estampas propias de la Navidad o los escudos del Alavés o Baskonia... E incluso el retrato del propio consumidor. En su haber tiene ya más 5.000 'obras de arte', que aumenta a medida que desde el otro lado de la barra le piden otro 'con leche'.
Viendo el brillante resultado, cuesta creer que si intentase replicar esos dibujos en un papel no se desenvolviese tan fácilmente. El café la transforma. Una habilidad que descubrió hace una década, cuando trabajaba en el bar Zuia Plaza, de Murgia. «Mi jefa y yo nos apuntamos a un curso de barista. Me despertó la curiosidad y a pesar de que te enseñan lo más básico, este tiempo he ido perfeccionando mi técnica hasta ahora», recuerda, mientras sirve un 'con leche' a José Javier González. «La primera vez que pedí un café me hizo un retrato con la chistera de mago y todo. Me llevé una grata sorpresa. Me sacó hasta más guapo», bromea este ilusionista. No es el único que comparte su asombro.
Noticia Relacionada
El álbum de las 5.000 'obras de arte' de la barista de Vitoria
Este simple gesto -no por la dedicación y mimo que le pone- no pasa desapercibido para nadie (por cierto, el precio no se incrementa). Desde hace siete años trabaja en este establecimiento acostado junto a la Avenida de Gasteiz. Y desde entonces los halagos son habituales. Es habitual ver cómo la gente desenfunda los móviles para inmortalizar la animada presentación, antes del crimen que puede llegar a suponer el removerlo y borrarlo todo. «Algunos echan el azúcar sin fijarse en el dibujo y da un poco de pena... Pero ver a la gran mayoría la sonrisa que se les dibuja en la cara y saber que has podido cambiarles el día te reconforta. Aunque no nos olvidemos, lo importante es que el café esté bueno», bromea la barista, para la que su jefe se llena en halagos. «Es una maravilla, no encuentras gente así», confiesa Óscar Valdés.
Las claves
Con la maquinaria a máximas revoluciones, esa melodía de las cafeteras tan característica en los bares por la mañana, Alves se pone manos a la obra y comparte las claves de sus creaciones. «Es muy, muy importante que la leche esté fría, para que pueda vaporizar mejor», aconseja, mientras la pone a setenta grados. «Ahora ya con el oído puedo detectar cuándo está en su punto». Y entonces ya empieza a dar forma a su obra, sobre esa base de café líquido que usa de base. Ayudándose de una aguja, para cuando el dibujo contiene muchos detalles y muy precisos, si no el movimiento y la técnica a la hora de echar la leche es más que suficiente para elaborar sus asombrosas creaciones.
¿Saben aquello de 'en casa de herrero, cuchillo de palo'? Pues bien, no es su caso. Ella no rehusa del café. Es más, siempre se toma «al menos» uno. Y si quiere probar nuevos dibujos, aprovecha los suyos para ensayar. Pero sobre todo, lo que intenta es que «cada café sea especial», por lo que «muestra un infinito álbum con fotos de cafés. Por cierto, también cortados, nada se le resiste. Y si se le pregunta por concursos de baristas, ella resta importancia a su habilidad y dice que lo hace por afición. Pero lo que está claro es que cada mañana con sus dibujos gana más afición.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión