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Poner balcones allí donde no los había. La posibilidad que muchos quisieron analizar después de la pandemia se va a convertir en Amurrio en el primer experimento del Departamento de Vivienda para ganar espacio en sus pisos de alquiler. El Gobierno vasco va a incorporar unas terrazas prefabricadas en 21 domicilios de su propiedad construidos en 1994. Para ello va a instalar una especie de módulos prefabricados en estos domicilios, previsiblemente «a la vuelta del verano». Así lo ha confirmado a este periódico el director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Ejecutivo, Pablo García.
El proyecto se enmarca dentro de una estrategia de descarbonización del Ejecutivo para todo su parque público en el que ahora se incluyen actuaciones de este tipo. La intención de Lakua es que los pisos de Amurrio, ubicados en los número 1, 3 y 5 de la calle Bañuetaibar sean la punta de lanza de un proyecto que después pueda ser exportado a otros puntos de Euskadi en los que también se instalen estos nuevos balcones.
«Dependerá de un montón de condicionantes, pero es una idea que tiene mucho potencial», argumenta García. Aunque recalca que la solución de estos balcones «no es universalizable», no descarta que esta solución se pueda aplicar en Vitoria, donde el PP obtuvo del Gabinete Urtaran el compromiso de estudiar esta posibilidad.
En el caso concreto de estos 21 pisos, el Ejecutivo pretende instalar terrazas de 6,45x1,65 metros. En total 10,64 metros cuadrados de terraza que ganarán los vecinos de estos bloques, que también tendrán ascensor dentro de las actuaciones que se van a emprender para mejorar su eficiencia energética y su accesibilidad.
En el caso concreto de Amurrio, el hecho de que el edificio esté hecho con ladrillo caravista –uno de los materiales más habituales en los inmuebles– ayuda a que se implemente esta solución. «También es más fácil porque son tres bloques exentos», añade el director de Vivienda.
El Ejecutivo tiene ya la licencia de obra pedida y su intención es que las obras se inicien después del estío. Sobre el coste de esta medida, no se desvía mucho de las estimaciones que hace cuatro años ya realizaron los expertos consultados por EL CORREO para analizar el caso en Vitoria. Entonces calcularon que la medida podía costar unos 8.000 euros y ahora García cree que el precio podría oscilar «entre los 800 y los 1.000 euros por metro cuadrado».
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