Okondo localiza 44 'kortinas' de castañas en el monte

Tan importantes eran las castañas para la supervivencia que dedicaban amplias extensiones de terreno a guardarlas, las 'kortinas', ericeras o 'kirikiñausis' eran pequeños recintos circulares de piedra, con muros de apenas un metro de altura, con un castaño en medio donde se acumulaban las castañas para comer o para venderlas. Solo hay que recordar que en Areta y en Orduña había grandes cargaderos de castañas y era una de las fuentes principales de ingresos para la precaria economía de los caseríos vascos hasta bien avanzado el siglo XX. Iñaki García Uribe, gran conocedor de la etnografía local, ofrecerá una conferencia esta tarde a las seis y media en la Kultur Etxea de Okondo para explicar su importancia.

«Un grupo de gente de Okondo encabezado por Floren Otaola empezó a buscarlas en el monte y han dado con cuarenta y cuatro», explica García Uribe. La mayoría están «en la zona alta donde confluyen Okondo, Laudio y Luiaondo», añade. Algunas están en mal estado, otras no tanto. Tras ese intenso trabajo de búsqueda, localización y catalogación de las 'kortinas', como se conocen en la zona, el grupo de vecinos de Okondo que ha encabezado la iniciativa ha ido más allá y se dispone a reconstruir en la entrada del parque Carlos Garaikoetxea una de estas estructuras con la ayuda de una subvención foral para veredas. «Han hecho un gran trabajo buscando entre la gente mayor y en los restos del monte». añadió García Uribe.

Parte de esos fondos irán a parar a la reconstrucción de otro elemento etnográfico de importancia para la vida rural vasca, un potro de herrar. La réplica se colocará en un jardín junto al edificio de Arenalde, 11.