Muere en la empresa uno de los dueños de Bebidas Serrano de Llodio

Hasta el lugar se ha desplazado un helicóptero de Osakidetza y dotaciones de los bomberos forales del parque de Ayala, que no han podido hacer nada por salvar la vida del individuo, uno de los tres socios del negocio.

Por el momento, no están del todo claras las circunstancias en las que ha tenido lugar el fallecimiento, aunque al ocurrir en el puesto de trabajo se califica como accidente laboral. Fuentes de Osalan -que han desplazado un técnico también al lugar- sospechan que se trataría de uno «no traumático», presumiblemente una muerte por infarto, una posibilidad a la que también apuntan los familiares del fallecido en conversación con este periódico a tenor del malestar físico que había trasladado a sus allegados este lunes, antes del suceso. Pese a todo, el cuerpo del hombre ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia y esclarecer las causas.

La firma en la que ha tenido lugar el suceso, Bebidas Serrano, se dedica al sector de la distribución de bebidas y alimentación. La compañía, con cincuenta años de historia y de carácter familiar, se ubica en el polígono industrial de Arantzar. Fue fundada en 1975 por Atanasio Serrano -que también trabaja en Aceros de Llodio cuando arrancó el negocio- y Micaela García en una pequeña lonja de Landaluce. Ahora la empresa estaba gestionada por los tres hijos de los fundadores, uno de los cuales es el que ha sufrido este martes el trágico accidente.

Con esta nueva muerte en el trabajo, Álava acumula ya cuatro en este 2025, según las estadísticas oficiales de Osalan, que recogían tres fallecimientos durante el primer trimestre del año en el territorio. Se trata de un registro que en apenas cinco meses se acerca a las cinco muertes contabilizadas en 2024 y supera ya a las tres detectadas en 2023.

En este listado figuran casos como el del operario que perdió la vida en las obras de los campos de fútbol junto al Bakh tras ser arrollado por una excavadora. En ese caso, el hombre tenía 51 años, era vecino de La Rioja Alta y trabajaba para la empresa Excavaciones Mendiola, subcontratada por Zikotz.