Una moneda data la ermita de Santa Cruz de Llodio a finales del siglo XV

Pero la campaña no ha terminado de vacío porque los sondeos en el interior del templo permitieron hallar una moneda «del último cuarto del siglo XV» en el lugar que ocupó el altar. El investigador llodiano cree que formaba parte de una especie de «cápsula del tiempo. Creemos que alguien la puso ahí», explica. En ella aparece la efigie del rey Enrique IV de Castilla que ha servido para datar el edificio.

Toda la ermita se construyó al mismo tiempo y no hay restos de otros templos anteriores, como suele ocurrir en los edificios religiosos. La estructura del presbiterio, donde se ubica el cura para dar misa, el altar y el retablo están sobreelevados con dos escalones. Es un entramado de madera longitudinal y transversal, incrustado en la piedra y rodeado de tierra sobre el que se colocaron las tablas para hacer un suelo de madera. Todavía es posible ver los enormes troncos que sujetaban el estrado sobre el que se colocó el altar, que tenía un espacio protegido por un marco de madera en el subsuelo.

Pese a estar en contacto con la roca y la tierra, todavía se conservan partes importantes de la madera, que tiene ya más de cinco siglos. La ermita tiene el suelo inclinado para favorecer el drenaje. «Se parece mucho a la de San Bartolomé de Larra. Es muy similar al método de construcción que usaban para los caseríos», apunta Hidalgo.

Ahora, apenas queda repasar las paredes para comprobar si quedan más restos de pintura como los encontrados que replican un dibujo geométrico de piedras. «En esta época no les gustaba dejar la piedra vista y después de rasear, pintaban las paredes», añade el arqueólogo.