Las Hijas de la Caridad se despiden de Llodio tras un siglo educando a los jóvenes
La congregación de monjas mantendrá la titularidad del colegio La Milagrosa, pero se irán a vivir a las residencias de la comunidad en Bilbao
Ania Ibáñez
Jueves, 11 de septiembre 2025, 00:12
El 7 de agosto de 1922 siete Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl llegaban desde Madrid a Llodio. 103 años más tarde ... se despiden de la comunidad tras haber educado a tres generaciones de laudiotarras en el colegio La Milagrosa. Especialmente a mujeres, ya que formaron en exclusiva chicas hasta 1981, cuando el centro empezó a ser mixto y se asentó definitivamente en el barrio de Ugarte donde aún continúa su labor.
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La congregación de San Vicente de Paúl mantendrá la titularidad del colegio a través de Sor Prudencia Sáez, quien ejercerá como directora pese a trasladarse a vivir a Bilbao, según informan desde el Obispado. El resto de hermanas se unirán a la misma comunidad o, en su defecto, a la que se ubica en Getxo, ya que «son mujeres mayores y las comunidades allí son más grandes», añaden desde la Diócesis de Vitoria.
Sor Prudencia y La Milagrosa han invitado a los vecinos a un homenaje que se celebrará el próximo día 27 de septiembre para despedir a las hermanas que abandonan el centro. El acto pretende ser «un momento de cariño y agradecimiento» que dará comienzo a las 11.00 horas en el salón de actos del colegio. Se hará una celebración del trabajo llevado a cabo por las Hijas de la Caridad durante estos más de cien años y se finalizará con un aperitivo al que invitan a todo aquel que se acerque.
Un siglo de cambios
Mucho ha cambiado desde que Sor Eustaquia llegara a Llodio junto a seis hermanas para hacerse cargo de los pacientes del hospital-asilo, donde también impartían clases. De ahí pasaron por el edificio de la plaza, donde se centraron exclusivamente en la educación, y posteriormente por los barracones de la avenida de Zumalakarregi hasta afincarse en el actual edificio del barrio de Ugarte, donde empezaron a incluir varones entre su alumnado.
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No fue el único cambio, porque desde que iniciaran su proyecto educativo han ido ampliando su oferta educativa –con aulas de modelo By D– y con varios servicios nuevos como el comedor o la guardería. También ofrecen una educación plurilingüe, con una inserción progresiva del inglés.
Por sus aulas han pasado educadoras que han quedado en la memoria de sus alumnos, como Sor Teodora y Sor Cecilia, profesoras de música y, en el caso de la primera, también de euskera. También Sor Marina, que fue la primera asistenta social de Cáritas en el municipio, o Sor Visitación, que dejó huella en sus estudiantes por su bendita paciencia.
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