Los afiliados de Tubacex ratifican el acuerdo con agrias críticas a su contenido
ELA y CC OO respaldan el pacto con sus siete votos en el comité mientras STAT y LAB, que lo rechazaron, quedan en minoría
MARTA PECIÑA
Viernes, 1 de octubre 2021
La ratificación del acuerdo de Tubacex se hizo esperar hasta las ocho de la tarde de ayer. Llegó tras varias asambleas de afiliados a los ... sindicatos en las que menudearon duras críticas por el contenido del pacto, similar al ofrecido por la empresa en el verano de 2020, antes de arrancar un conflicto que dura más de siete meses. Solo cuando se conoció el resultado de la votación de los afiliados de CC OO, respaldado con el 67% de los votos, la vuelta al trabajo quedó aprobada. Una vuelta para la que aún no hay fecha, dado que antes tiene que suscribirse el acuerdo. La empresa ha instado a firmarlo «cuanto antes» y terminar de una vez con la huelga. Los sindicatos favorables tienen siete votos y los contrarios, cinco.
Todas las alarmas se dispararon al mediodía. Hubo que empezar a contar delegados cuando se supo que STAT, uno de los sindicatos más importantes con cuatro representantes, había rechazado el acuerdo por 67 votos contra 47. El día anterior sus miembros habían rubricado el pacto con la empresa en la sede del Gobierno vasco. A esas horas, las fuerzas estaban equilibradas. ELA ratificó el acuerdo con 125 votos a favor y 50 en contra, pero tiene cuatro delegados, como STAT, con lo que había empate.
CC OO propone la votación de toda la plantilla, inédita hasta ahora y que se estudiará el lunes
Al final de su asamblea, CC OO, con tres representantes, introdujo una nueva variable porque propuso al comité «una votación de la plantilla» al entender que el acuerdo no ha logrado «una amplia mayoría». El comité se reunirá el lunes para estudiarlo. Es una fórmula que no se ha usado durante los más de siete meses de huelga porque las decisiones se han tomado en las secciones sindicales. STAT ya lo propuso sin éxito en julio cuando se valoró continuar con el paro tras la sentencia de nulidad de los 129 despidos en Llodio y Amurrio, con lo que ahora podría respaldar la idea de Comisiones.
Horas antes de la asamblea decisiva, la líder de CC OO, Loli García, había valorado el pacto como «positivo» porque «garantiza el empleo» y da «viabilidad» a la empresa. Su sindicato ya votó a favor de volver al trabajo en julio. García señaló ayer que el pacto «cumple los objetivos marcados».
El presidente del comité, Eduardo Ibernia, de ELA, puntualizó a mediodía, antes de la decisión de CC OO, que «no firmaremos el acuerdo si no es con el apoyo de la mayoría sindical del comité», con lo que entonces no barajaba la celebración de una asamblea de la plantilla y consideraba suficiente la decisión de los representantes sindicales.
El sindicato abertzale respaldó el acuerdo porque «la huelga ha obligado a la empresa a realizar una nueva propuesta» con medidas exclusivamente coyunturales que descartan los despidos. En la balanza también pesó «la retirada del recurso» ante el Tribunal Supremo porque «finaliza la vía judicial y se evita la amenaza de despidos». Ibernia criticó en cambio el aumento de jornada en 40 horas que recoge el acuerdo. «Contradice lo defendido hasta ahora por la empresa de que no hay carga de trabajo suficiente y es incompatible con la aplicación de un ERTE».
CC OO propone la votación de toda la plantilla, inédita hasta ahora y que se estudiará el lunes
LAB no firmó el pacto con la empresa y tampoco lo ha ratificado su afiliación, aunque su peso en el comité se limita a un delegado. Con satisfacción porque se eliminan los despidos, el resto de las condiciones son «un peaje inasumible», señaló. Cuantificó el aumento de la jornada en cincuenta puestos de trabajo y responsabilizó al Departamento vasco de Trabajo por «plantear aumentos de la jornada en una empresa que ha querido despedir a trabajadores y trabajadoras y que en el último año ha aplicado dos ERTE, argumentando falta de trabajo».
Entre la plantilla, había variedad de opiniones, en general críticas con el «pobre» contenido del pacto alcanzado tras tantos meses de conflicto. Uno de los trabajadores que se encontraba en la lista de despedidos fue muy explícito al señalar que «el acuerdo es una mierda. Pedíamos que no hubiera recortes ni despidos. Despidos no va a haber, pero recortes sí». A la salida de la asamblea de ELA, otro señaló que «ya es hora de que volvamos a trabajar. Llevamos así casi ocho meses, es mucho tiempo». También hubo voces que se manifestaron durante todo el día a favor de celebrar una asamblea general «para que también puedan votar los que no están afiliados», que no han tomado parte en la decisión, aunque reinaba una sensación generalizada de serio descontento porque «la empresa gana».
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