Avalancha de llamadas de alaveses interesados en alojar a familias ucranianas
Cruz Roja prevé aumentar su red de pisos de acogida después de que unas 40 personas ya residan en nuevos hogares
Sin descanso. Las veinte operadoras que atienden el 'call center' de Cruz Roja en Portal de Castilla no dan abasto para atender llamadas procedentes de ... todo el País Vasco –es un teléfono centralizado– de personas que ofrecen sus casas o ayuda para los refugiados procedentes de la guerra de Ucrania. Y los ofrecimientos son continuos, una avalancha.
Pero el trabajo para esta veintena de personas no consiste solo en atender la 'solidaridad local', sino que muchos ucranianos o familiares de desplazados también llaman en demanda de alojamiento o atención. Es una tarea abrumadora, como son los números que arroja el conflicto bélico. Se calcula que ya más de dos millones de ucranianos –sobre todo mujeres y niños– han abandonado un país de 44 millones.
«Me preguntan a dónde puede ir un señor que ha huido de Ucrania y que está en Durango. La persona que le acoge no le puede mantener más tiempo»», asegura Itziar, una de las telefonistas, abrumada por la dimensión del drama humano que surge desde cada telefonazo. «Aquí escuchas cosas muy duras. Han llamado familias que han tenido a antiguos niños de Chernóbil rogándonos ayuda para sacarles de allí porque les van a llevar al frente».
El teléfono de atención al refugiado de Cruz Roja es el 945 22 22 22 y el que quiera ofrecer casa puede hacerlo con un mail a errefuxiatuak@euskadi.eus
La otra cara la ponen esas quince familias que, exhaustas tras tres días de viaje y con la adrenalina todavía a flor de piel, han encontrado nuevo hogar en Euskadi, tres de ellas en Álava. Esas que han tenido la suerte de ser acogidas por una comunidad que la responsable de asilo y atención humanitaria, Nahia Díaz de Corcuera, define como «muy colaborativa». Tanto es así, que las alrededor de 40 personas refugiadas están alojadas en las casas de sus amigos y familiares.
Son solo los primeros compases de un conflicto que acaba de empezar y el ritmo de llegadas, aprecian, «se está acelerando». Ante la avalancha de refugiados que se espera, la oleada de solidaridad vasca no se está quedando atrás. «El 40% de las llamadas son de personas que quieren poner a disposición sus casas». Cruz Roja ya ha empezado a inspeccionarlas y trabaja contrarreloj junto con el Ministerio de Inclusión en ampliar esa red de 62 pisos repartidos entre Vitoria (54) y Amurrio (8) y a día de hoy ocupados en su totalidad con refugiados de diversas nacionalidades.
Ofrecer casa
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Habitaciones No se pueden atender estos ofrecimientos para evitar problemas de convivencia y priorizar los alojamientos de media y larga estancia.
Todo sea por brindarles ese trato cercano después de catar tanta inhumanidad. «Tratamos de que no revivan lo sucedido. La intención es que una vez hayan asumido su nueva situación se les pueda brindar una atención psicológica», asegura Díaz de Corcuera, que reclama que «del mismo modo que se están abriendo corredores humanitarios para salir de Ucrania, se abran también para que las madres y niños puedan llegar de forma segura a sus países de acogida».
«Su principal preocupación es encontrar trabajo, pero les explicamos que antes deben aprender el idioma y, por supuesto, ver que están recuperados psicológicamente de lo que acaban de vivir». La normativa europea, se felicita la resp onsable de Cruz Roja, por suerte «lo está poniendo fácil, sobre todo en lo jurídico». «Nunca antes se había activado. Ni siquiera en la crisis de Siria o en la guerra de Bosnia».
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