Aparecen los primeros restos óseos en la antigua necrópolis de Judimendi
Los huesos hallados en las obras de un parque infantil, que se han paralizado parcialmente, podrían pertenecer al cementerio hebreo
No hay otro lugar en Vitoria en el que la tierra que pisan sus vecinos esté marcada por la historia como lo está Judimendi, cuyo ... nombre no es casual. Esta colina al este de la ciudad se asienta, según narran los documentos históricos, en el antiguo cementerio de la comunidad hebrea que residió en la ciudad varios siglos atrás, hasta su expulsión en 1492. Con este contexto de fondo, los vestigios arqueológicos hallados esta semana en el parque del barrio, en el mismo emplazamiento donde aparentemente se situó dicha necrópolis, podrían resultar de especial interés para documentar el pasado de la capital alavesa.
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Se trata de la aparición de restos óseos en las excavaciones de unas obras para construir un parque infantil y canino. Los trabajos, que arrancaron a finales de agosto con un plazo de cuatro meses, se han paralizado parcialmente hasta estudiar el hallazgo. En concreto, en el transcurso del control arqueológico de estas tareas «se han encontrado una serie de restos que necesitamos analizar con más detenimiento», explicó ayer el arqueólogo Javier Niso, de la empresa Iterbide, encargada del seguimiento de los trabajos que está ejecutando el Ayuntamiento. Todos los detalles de los vestigios se recogerán en el informe preliminar que ya está realizando la firma. El siguiente paso previsto será seguir excavando el lugar para ahondar en el descubrimiento.
El parque de Judimendi, remarcó el experto, es zona de presunción arqueológica, lo que implica una alta probabilidad de que surjan este tipo de hallazgos, por lo que se somete a una planificación especial de protección.
Los huesos, que se encontraron el pasado lunes, corresponden aparentemente a dos individuos, uno de mayor tamaño que el otro, y en ambos casos lo que se aprecia ahora es la parte central del esqueleto, con caderas, coxis y parte del fémur. Si se sigue excavando, podrá verse si están enteros. Por la zona y la posición en la que se encuentran, hay muchas posibilidades de que se trate de enterramientos del antiguo camposanto, aunque estos extremos todavía tendrán que corroborarse por medio de más pruebas. Es muy probable que los huesos sean medievales. La «mayoría» de las necrópolis históricas halladas en iglesias de Vitoria (Santa María, San Miguel, San Pedro o San Vicente) están datadas «a partir del siglo XII», ilustra Miguel Loza, también arqueólogo de Iterbide. Los enterramientos alrededor de los templos era algo «bastante habitual» en la Edad Media. ¿Podrían ser en este caso de otra época, como la prehistórica? «Es muy raro, porque los prehistóricos se incineraban», señala.
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Primeros testimonios físicos
Expertos consultados por este periódico coinciden en que pese a ser una zona donde se han realizado distintas obras, al menos en las últimas décadas no se habían hallado evidencias materiales claras de un antiguo cementerio. Y estos podrían ser los «primeros testimonios físicos». Es un área «muy tocada» por diferentes reformas, describe Loza. En los trabajos del parking subterráneo en los años 2000 «no apareció nada». Eso sí, antes de aprobarse la legislación en materia de protección del patrimonio, en los noventa, sí podría haber aparecido algo, aunque no había obligación de protegerlo. Por ello, el profesional pone en valor que el procedimiento en vigor de hoy «ha funcionado», lo que podrá contribuir a indagar más sobre la historia de la ciudad y preservar los hallazgos.
En este sentido, el Consistorio informó públicamente ayer del hallazgo y la consiguiente activación del protocolo previsto y el contacto con el Servicio de Arqueología de la Diputación. La concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, anunció que los técnicos forales están recabando información para determinar el origen de los restos. Como medida preventiva, el área afectada se ha vallado y cubierto con una lona para proteger los restos y garantizar la seguridad, mientras continúan las labores de excavación y análisis. «En el resto de zonas del parque, los trabajos continúan con normalidad», explicó. Ambas instituciones mantendrán la coordinación para actuar «conforme a las indicaciones» del Servicio foral de Arqueología.
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Otra de las curiosidades de este descubrimiento es su localización. Los rastros se han encontrado en una parte del parque más cercana a la calle Federico Baraibar, cuando se viene diciendo que la necrópolis se emplazaba en la zona del colegio, apunta Loza. Con todo, habrá que esperar a los resultados del informe y seguir excavando, insiste. Los restos se extraerán para someterlos a pruebas (carbono-14, etc) y se depositarán en el Museo de Arqueología Bibat.
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