Un ciclista antes de pasar por uno de los puentecillos del nuevo corredor verde al oeste del Anillo Verde. Blanca Castillo

El Anillo Verde gana un corredor de 8,5 kilómetros que cose Júndiz a la ciudad

Tras años de sanear suelos, hilar senderos para bicis y peatones y plantar árboles, Mendebaldea llega a su fin

Domingo, 20 de julio 2025, 00:25

El Centro de Estudios Ambientales lleva desde 2016 cosiendo un costurón al oeste del municipio. Un corredor verde de 8,5 kilómetros de longitud permite ... por fin conectar a pie o en bicicleta los bordes maltrechos del polígono industrial de Júndiz con los pueblos de Margarita, Lermanda, Aríñez y Zuazo y el barrio de Zabalgana. Tras años de descontaminar suelos, acondicionar senderos y reverdecer caminos y terrenos yermos, el Anillo Verde puede ya presumir de un nuevo parque, el de Mendebaldea, que se encuentra en su última fase de mejoras, la sexta, la que enlazará la ciudad con Zuazo a través de esta vía verde.

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La idea, explica un especialista en paisaje del CEA, es casi la misma que dio origen al propio Anillo Verde allá por los años 90, cuando se decidió restaurar una escombrera de Zabalgana. En este caso, los técnicos se encontraron con solares que habían tenido un pasado rural ahora degradados por la cercanía de las industrias, utilizados como depósitos del más diverso material, inconexos... El objetivo era «revertir la fragmentación ecológica y la pérdida de identidad rural» provocadas por un rápido crecimiento al oeste en forma de naves rodeadas de carreteras, vías de tren y el propio aeropuerto. El proyecto sobre la mejora del paisaje en Lermanda de una estudiante fue la inspiración.

¿Cómo se revierte algo así? Mediante acciones de restauración se crean en el borde del polígono nuevos paisajes «multifuncionales» que incluyen bosques sumidero de carbono, praderas naturalizadas, charcas temporales, huertos frutales y zonas ajardinadas conectadas por una senda peatonal y ciclista. Se ha intervenido sobre más de 60 hectáreas y el resultado de un trabajo que ha sido financiado al 50% por el Gobierno vasco por su papel en la descarbonización ya es palpable y respirable. Uno puede coger la bici o la makila montañera y lanzarse a disfrutar de los paisajes de la Llanada desde Margarita, Lermanda, el cerro de Júndiz, Arínez, Ibaia o Zuazo.

Todo ello bordeando el polígono y pasando por un sendero intervenido de tal manera que ha reducido el impacto visual, sonoro y de contaminación del aire de las carreteras que lo rodean. Y además con un suelo «saneado». «Aquí no se trataba tanto de recuperar la biodiversidad como en el resto del Anillo Verde sino en mejorar suelos, limpiar el aire, levantar pantallas naturales y unir los pueblos con los polígonos de Júndiz y Subillabide, devolverles bolsas de vegetación», relata el técnico del CEA.

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G. H.

Lo cierto es que después de nueve años, se emite menos C02 a la atmósfera desde este rincón de la campiña alavesa, pero también han vuelto los pájaros, el sapo corredor pone huevos en las charcas, crecen encinas y plantas aromáticas, hay quejigos sobre los cerros y chopos y sauces en las vaguadas. Todo esto concuerda con el resto del Anillo Verde pero hay dos «licencias» que se ha permitido el CEA en este corredor verde. Ha plantado en el camino entre 100 y 120 olmos que les ha cedido el Ministerio de Transición Ecológica y que son resistentes a la enfermedad que a punto ha estado de acabar con estos árboles y se han abonado también hierbas aromáticas de flor como la lavanda o la salvia que dan un toque «alegre y bonito» al camino.

El proyecto Mendebaldea se ha hecho por fases. La primera fue la de la regeneración del entorno de Lermanda (2016-17). Se recuperaron en torno al pueblo unas 10 hectáreas de suelos degradados para bosques sumidero, agricultura sin pesticidas, cultivos agroforestales y frutales. También se incluyó un dique de tierras como barrera sónica y visual y un filtro verde de aguas.

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Le siguió en 2018-19 el entorno de Mendigurentxo, donde se hacen «grandes diques sonoros frente a la A-1», se crea el hugelkutur (enterrado de troncos) y varias balsas de agua temporales.

Después llegó Aríñez (2020-21), donde se recuperaron 10 hectáreas de terreno contaminado con técnicas de fitorremediación. La conexión con Margarita y Centro de Servicios de Júndiz ser realizó en 2022-23 y al año siguiente fue el turno del entorno de Ibaia, en paralelo a la N-102, con la reforestación de zonas verdes al sur de polígono industrial, la inclusión de un camino peatonal-ciclista y pasarelas de madera que conectan el corredor verde con la zona del camping y el barrio de Zabalgana. Y ahora está en marcha la fase final: la zona este y conexión con Zuazo de Vitoria.

«Con este proyecto logramos cohesionar el parque industrial de Júndiz con el barrio de Zabalgana con una serie de actuaciones que contribuirán a mitigar los efectos del cambio climático en Vitoria», destaca el concejal de Medio Ambiente, el socialista Borja Rodríguez.

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