Álava da luz verde al impuesto a los ricos

Los partidos que sustentan los gobiernos de las diputaciones vascas, PNV y PSE, tuvieron que ceder sobre la posición inicial con la que habían planteado aplicar el impuesto sobre grandes fortunas en las haciendas forales. El cambio ha sido leve, pero supone endurecerlo en los tramos más altos. Es el precio pactado con Podemos para asegurar la tramitación del impuesto tanto en Álava como en Gipuzkoa, donde los gobiernos no tienen mayoría absoluta. En Bizkaia, donde sí se tiene mayoría, el impuesto quedará tal y como estaba redactado en el proyecto de norma foral y hará que las grandes fortunas encuentren mejores condiciones que en Álava y Gipuzkoa.

En el caso de la Hacienda alavesa, se aplicará un tipo del 1,7% a los patrimonios de entre 3,2 y 6,2 millones de euros; del 2,1% a los de entre 6,4 y 12,8 millones; del 2,5% a las personas que poseen un patrimonio entre los 12,8 y los 14,5 millones; y un tipo del 3,5%, a partir de los 14,5 millones de euros. El gravamen será de aplicación sobre el patrimonio neto de las personas físicas de una cuantía superior a los 3.200.000 euros, que aplica un mayor tipo impositivo a los patrimonios más elevados. Al tratarse de un impuesto temporal, tal y como recoge el Concierto Económico, el gravamen tendrá vigencia en el Territorio Histórico de Álava mientras esté vigente en el territorio común.

El impuesto llega de «la mano de la armonización y acuerdo a nivel autonómico», ha manifestado durante el pleno en la Cámara alavesa el juntero jeltzale Joseba Ruiz de Galarreta, que ha subrayado que «el PNV defiende el Impuesto de Patrimonio», al ser «mucho más progresivo que el de Grandes Fortunas en el resto del Estado». En palabras del procurador Jesús María López Ubierna (PSE), «aumenta la progresividad del sistema fiscal, bajo el principio de que quien más tiene, más debe aportar», además de ser «complementario del Impuesto sobre el Patrimonio, vigente en Álava, y cuya recaudación está cercana a los 20 millones de euros anuales, lo que significa que la economía alavesa funciona».

David Rodríguez (Elkarrekin Araba) ha puesto en valor el pacto con PNV y PSE que permite «poner en marcha inmediatamente» el impuesto y «abrir la puerta de entrada y posterior consolidación de este impuesto a los ricos en nuestro territorio».

El acuerdo fiscal en las Juntas ha salido adelante un día después de que el Ejecutivo PNV-PSE retirara el Presupuesto de 2024 por la falta de apoyos de la oposición. Un varapalo político para los socios de gobierno que se ha reflejado en los reproches lanzados por los demás grupos. EH Bildu, que se ha abstenido, ha lamentado que es «un acuerdo descafeinado», según ha tildado Eva López de Arroyabe, aunque «peor sería no tener nada».

Desde el PP, la juntera Ana Morales ha expresado su oposición a un impuesto que «ahuyenta a los contribuyentes de gran poder adquisitivo y gran capacidad de inversión que tienen capacidad de generar nuevos e interesantes proyectos». Y ha cargado contra el PNV, al advertirle que «ha cruzado la última línea roja de la radicalidad, al pactar con Podemos la fiscalidad y realizar una moción de censura en Pamplona, con dos giros inéditos». Jonathan Romero (único procurador de Vox) ha calificado el tributo de «una medida perjudicial para nuestra economía que desincentiva la inversión, aumenta la carga fiscal sobre los ciudadanos que más han contribuido al país y crea un sistema fiscal más complejo y costoso».