Ainara Larrondo: «Hay que ser precavido y definir el uso ético de la inteligencia artificial»

Ainara Larrondo es profesora titular de periodismo en la UPV/EHU. Cuenta con más de un centenar de publicaciones sobre comunicación digital e innovación, entre otros. Hoy se personará en el Palacio Europa (18.00 horas) en la mesa redonda que organiza HEI Escuela Abierta a la Ciudadanía sobre los riesgos de la inteligencia artificial junto a otros expertos.

- ¿Los medios de comunicación se animan cada vez más a hacer uso de la inteligencia artificial?

- Al principio empezamos a hacer uso de los algoritmos con fines de automatización. Ya con el tiempo, ahora se están utilizando algunas aplicaciones de IA generativas. Aunque al final también depende mucho del tipo de medio, de los recursos de los que dispone. Hay avances, pero todavía hay que ver cuáles son los límites, que están especialmente vinculados al uso ético de la inteligencia artificial.

- ¿Qué tipo de avances?

- Por ejemplo, en el mes de junio se aprobó un decálogo para el uso ético de la IA en los medios vascos. Se ve que hay una toma de conciencia y reflexión.

- ¿Es necesaria una mayor regularización?

- Sí, para ser precavidos. La IA va avanzando y más vale anteponerse ante las cuestiones de tipo ético que hacerlo más tarde... El decálogo son unas bases generales, pero son útiles para establecer unas pautas, por lo menos de funcionamiento generalizado. A medida que la IA avance, si es necesario habrá que desarrollar algunos de los puntos del decálogo.

- ¿Cómo puede cambiar la IA la forma de entender el periodismo tradicional?

- En cuanto a la audiencia, salvo que afecte a lo que es la calidad del producto o mensaje final, en principio no tiene por qué notarse ninguna diferencia. Lo que sí va a generar cambios es a nivel de redacción. Algunas tareas al estar automatizadas, puede beneficiar en cuanto al tiempo de producción. Es decir, puede ser un facilitador, porque la tecnología en general en el periodismo siempre ha sido así. Todos sabemos que el producto final del periodismo es dar un servicio a la sociedad, tanto desde la empresa privada como desde la pública. Es por eso que hay que tener un cuidado en su implantación, para que eso no cambie.

- ¿Estamos preparados para diferenciar una fotografía real de otra generada por inteligencia artificial?

- Depende del tipo de algoritmo que se emplee; hay algunas más perfeccionados que otras. Es decir, podemos detectar fácilmente unas, pero otras es imposible que las perciba el ojo humano. Lo mismo pasa con los 'deepfakes' en formato vídeo, que son una alta amenaza para todo este sistema informativo. Pero, en contraposición, se está desarrollando sistemas de IA y algoritmos que son capaces de detectar precisamente cuando está manipulada por esta tecnología.

- Hay incertidumbres acerca del uso de la IA. ¿Cuáles son las ventajas de implantarla tanto en medios como en redes digitales?

- Puede contribuir en las distintas fases de lo que es el proceso informativo. Puede ayudar a estructurar o a clarificar el acceso a fuentes de información. Puede facilitar procesos de clasificación de datos y ayudaría a ahorrar tiempo en determinadas funciones. Lo que sí se ha planteado como una amenaza es que sea la propia IA la generadora de textos noticiosos. El periodismo es una profesión muy humana, necesita de la intervención humana. Ahora se está en ese camino de ver cuál es la fórmula más transparente para emplearla, porque no tiene que ser algo negativo. El objetivo debe ser mejorar el producto final.

- ¿Como sociedad hemos llegado a demonizar la IA?

- Un poco sí, porque se ha transmitido mucho lo negativo; que puede llegar a sustituir e incluso superar a la inteligencia humana. Eso genera desconfianza. El hecho de que esté vinculado a la desinformación no ayuda tampoco. Lo importante es intentar simplificar este tipo de discursos y clarificar ya de antemano para qué vamos a utilizar un programa de inteligencia artificial.

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