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Los más pequeños disfrutan de paseos a caballo. Blanca Castillo

El agro alavés despide el verano en Angosto tras salvar una campaña «seca»

Miles de personas acudieron a la tradicional feria agroganadera en busca de productos del entorno, especialmente fresas, brócoli y talos

Ania Ibáñez

Domingo, 7 de septiembre 2025, 20:07

El primer sector de Álava pudo sacar pecho un año más en la feria agroganadera de Angosto, que celebró este domingo su edición número 32 ... de nuevo en el entorno del santuario. Miles de personas se acercaron a disfrutar de la exposición de ganado equino, bovino y ovino, además de los variados puestos de venta de productos artesanales, así como los paseos a caballo o talleres creativos. A pesar de que la producción de verano ha estado marcada por las olas de calor y las altas temperaturas –ha sido una temporada «seca», en palabras de ganaderos y agricultores– el agro alavés sacó músculo y exhibió con orgullo lo mejor de sus establos y sus huertas.

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Con todo, Luis María Martínez, trabajador de la explotación de Pilar Sagredo en la propia Valdegovía lamentaba que «el calor es malo para todo, porque no sale hierba». Acudía a Angosto con seis burros de las Encartaciones: cinco hembras y un macho. «Lo normal es que llueva, caliente, vuelva a llover... Pero ya no es así», reflexionaba frente a los animales. «Por suerte los burros aguantan el calor y la nieve, se buscan la vida».

La falta de lluvias había sido un problema también para Alejandro Fernández, de la explotación de Nuria Muñoz en Kuartango. «El mes de julio fue más duro, porque tuvimos que empezar a darles de comer nosotros ante la sequía», expresaba frente a los nueve caballos Pottoka, muy admirados por los que pasaban por allí. «Hemos gastado mucha más agua que otros años, además de que multiplica el trabajo, porque un depósito que te dura dos semanas, con el calor te dura media».

Y las moscas, que proliferan con el bochorno, también han sido un problema. «El ganado lo pasa muy mal porque son muy molestas», describía Santiago Revilla, el único que presentó ganado ovino, un total de 13 ovejas latxas. «Las esquilamos un poco antes para que estuvieran frescas y luego ha sido controlar el agua para que no les faltara». Los problemas vienen ahora, porque «el pasto se ha secado antes de tiempo, antes comenzábamos a darles de comer en octubre».

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Cambio climático

«Los manantiales no aguantan un verano tan seco y tenemos que utilizar la red de agua»

El ganadero afirmó que «últimamente el verano viene más seco», por lo que «los manantiales no aguantan» y los productores tienen que utilizar la red de agua potable. «Es un gasto añadido de trabajo y también económico que tenemos que asumir».

La canícula ha afectado igualmente a la agricultura, que también ha salvado la temporada. «Tuvimos una ola de calor muy fuerte que es lo peor para el género», expresaba Santiago Osamendi, de 'Fresaraba', mientras abastecía su puesto, uno de los más populares en la feria. «La fruta sufre mucho con el calor y la fresa se pierde en seguida, pero hemos podido salvarla».

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Ramón Roa, del proyecto 'Tierra, Papel, Tijera' compartía el sentimiento. «Hubo una semana o diez días que lo pasamos regular», expresaba mientras vendía tomates, «pero no se extendió lo suficiente como para que fuera un gran problema». «Lo notamos a la hora de trabajar, las plantas crecen menos y perdemos mucha flor».

Por suerte para el agricultor venían «de una primavera de mucha lluvia», lo que ayudó a mantener el género, que volaba de su puesto. El brócoli ya había desaparecido a mediodía y los pimientos verdes y las piparras comenzaban a menguar. «Ahora hemos empezado a traer lo que se va a comer a partir del mes que viene: calabaza, cebolla y puerro».

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Parada obligatoria

Para Roa, la feria de Angosto es «nuestra de toda la vida». «Venían nuestros abuelos y para nosotros es algo natural tener un puesto aquí», una parada «muy importante» no solo por lo económico, pero también «por la parte social, porque saludamos a mucha gente del entorno».

Y es que este encuentro entre el primer sector y los vecinos de Valdegovía es una tradición para muchos, como Rebeca y Karmele Urtaran, que junto a su grupo de amigas se hacen 12 kilómetros todos los años para acudir a la feria. «Venimos desde Corro andando, vemos los puestos y nos comemos un talo».

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No fueron las únicas, a la feria acudieron el diputado general, Ramiro González, que se hizo con un fuet de queso azul; la consejera de Agricultura, Amaia Barredo, y la diputada de Agricultura, Noemi Agirre, que tras ojear varios puestos subrayó que «hay que poner en valor el buen hacer de nuestro sector, de todos estos ganaderos y agricultores que durante todo el año trabajan ante la incertidumbre climática».

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