Afectados por el ruido en Álava piden que se analice el consumo de somníferos en las zonas de ocio nocturno
La plataforma '7 ordu lo' exige al Parlamento vasco actuaciones «urgentes» que garanticen el derecho al descanso de los residentes
Monitorizar el impacto acústico generado por el ocio nocturno, iniciar una investigación sobre el consumo de medicamentos somníferos en las zonas más afectadas por esta ... actividad para compararlo con otros espacios libres de bullicio y, con esos datos encima de la mesa, buscar una solución al problema de derecho al descanso de manera transversal entre los diferentes departamentos. Esas son las tres peticiones que desde la plataforma vecinal '7 ordu lo (siete horas de descanso)', que engloba a seis asociaciones de los tres territorios, han trasladado en la comisión de Salud del Parlamento vasco para reclamar medidas «urgentes» que atajen el bullicio que sufren cada jueves, viernes y sábado en Bilbao, Vitoria o Barakaldo. «La salud tiene que ser única y para todos», han reivindicado portavoces del colectivo.
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«¿Debemos sacrificar nuestro descanso en favor de la fiesta?», han interpelado Luis Rojo y Milagros Verdel, haciendo alusión a la ley de 2015 de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas en el que se subraya la necesidad de encontrar un «equilibrio» entre el ocio y el respiro. «En la práctica eso está roto porque no existe ningún control. Y en determinadas franjas es complicadísimo transitar y entrar y salir de los portales porque ocupan el espacio público de manera abusiva». Se refieren a esas escenas que se repiten en Licenciado Poza y Abando en Bilbao o Cuchillería y Mateo de Moraza en Vitoria, con grupos de personas en los exteriores de los locales «gritando y cantando». Solo en la capital alavesa, denuncian que viven «200 días con este problema».
Plantean medir el consumo de somníferos en las zonas más afectadas y compararlo con otros espacios libres del bullicio
Y para apoyar su mensaje, han puesto encima de la mesa una investigación del Instituto de Salud Carlos III, en el que determinan que el ruido está relacionado con «un mayor riesgo de sufrir ingresos hospitalarios urgentes ligados a transtornos mentales». «Se calcula que en el mundo un 13% de la población está afectada por algún transtorno psíquico, de ellos un 5% está derivado por el ruido», han abundado desde '7 ordu lo'; aunque esa cifra recoge toda la contaminación acústica, sin centrarse en el ocio nocturno.
Desde el PNV, Araitz Zabala ha señalado que se está trabajando para rebajar los niveles de ruido de manera global, toda la contaminación acústica y no exclusivamente la derivada del ocio. No obstante, ha subrayado que se trata de un asunto de «autonomía municipal». Por su parte, Ekain Rico ha apuntado que se debe trabajar «para que el ocio y el derecho al descanso sean compatibles». Y ha denunciado la «permisividad» de la vigilancia en algunos casos.
Respaldo del Ararteko
Por su parte, la parlamentaria de EH Bildu, Rebeka Ubera, ha recordado que en la Ley de Salud han «introducido correciones» para crear «un capítulo de medio ambiente con medidas para garantizar un ambiente acústico saludable y quitativo para evitar afecciones al descanso». Jon Hernández, de Elkarrekin Podemos, pide abordar el asunto desde el prisma de contaminación acústica y el parlamentario de los populares Carmelo Barrio, «exige actuaciones para atajar este problema».
La comparecencia se produce cuando se cumple un año desde que las asociaciones vecinales Uribitarte Anaitasuna, en Bilbao, Ensanche XIX y Arquillos Bizirik, en Vitoria; Barakaldo Centro, así como colectivos Parte Zaharrean Bizi de San Sebastián y Durangoko Alde Zaharra decidieron crear la plataforma para exigir a las instituciones acciones «firmes» con las que atajar «este problema para la salud». En lugar de batallarse cada uno por su cuenta, aunaron fuerzas para abrir ese paraguas que dé cobertura autonómica
Y tres meses después de que el Ararteko instase a los Ayuntamientos a «controlar el ruido» del ocio nocturno. Manuel Lezertua lanzó esta advertencia precisamente en el Parlamento vasco, en la comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Justicia, durante la presentación del informe anual de la oficina que dirige. Y durante su intervención fue claro: Es obligación de las administraciones públicas competentes garantizar, de forma adecuada, el control del ruido proveniente de las actividades ruidosas o de cualquier otro foco de ruido». Un escenario que provoca, abundó, «innumerables cruzadas ciudadanas para reconocer el inviolable derecho al descanso en sus hogares». De manera que adelantó que «permaneceremos vigilantes».
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