Una actuación conjunta de Ertzaintza y Guardia Civil acaba con siete detenidos y 1.100 plantas de marihuana aprehendidas
Efectivos de ambos cuerpos se coordinan durante semanas para desarticular una banda que cultivaba su producción en Burgos y la vendía en Álava y en provincias limítrofes
Desde la producción kilómetro cero hasta los supuestos encargados de distribuirla en el mercado negro. Un dispositivo conjunto de la Guardia Civil y la Ertzaintza ... ha culminado con la caída de una presunta banda especializada en cultivar y colocar marihuana en grandes cantidades. El golpe policial habría alcanzado hasta su raíz. El dispositivo, que ha sido oficializado esta tarde de viernes, se ha saldado con la aprehensión de más de 1.100 plantas de las que se obtiene la droga más popular, cuatro kilogramos de esta sustancia ilegal preparados para su venta, modernos ventiladores y luminarias para sacar el mayor rendimiento a los cultivos, balanzas de precisión, más de 30.000 euros en metálico y también 300 gramos de hachís.
Las diferentes entradas policiales –a cargo de efectivos del Sicta, una unidad especializada en grandes delitos de la Ertzaintza, y del grupo de Investigación del instituto armado en Álava– se sucedieron la semana pasada en Álava y el norte de Burgos. ¿El resultado? Siete personas procesadas entre detenidos e investigados. Este listado incluiría desde los señalados como «responsables del cultivo» –en especial un pabellón con alrededor de mil macetas cerca de Villarcayo– hasta los encargados de «dar salida a la mercancía» generada con un rendimiento industrial.
El trabajo conjunto de ambos cuerpos culminó hace ahora una semana. Y ponía el membrete a meses de discretas pesquisas. El Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria ha sido el encargado de tutelar el desarrollo del operativo, uno de los más importantes acometidos en nuestra provincia en los últimos meses. La anterior colaboración entre el Sicta y la Guardia Civil databa de septiembre de 2020.
El valor del género aprehendido superaría los 265.000 euros. Durante el operativo, uno de los ahora investigados trató de deshacerse de las plantas que le incriminaban. Le dio tiempo a segar docenas y lanzarlas a una propiedad contigua. Sin embargo, como la escena fue seguida por varios agentes, la treta le sirvió más bien de poco.
Al parecer, la producción se centró en el norte de Burgos. En dos localizaciones cultivaban las plantas. Alumbradas las 24 horas, con potentes ventiladores y mimos hortícolas, contarían con la infraestructura suficiente para generar «al menos tres o cuatro cosechas anuales».
Enganche ilegal a la red
Álava y otras provincias limítrofes aparecen en el radar de las exportaciones achacadas a los supuestos miembros de este entramado. Cuando avance la fase judicial, se enfrentarán a penas de cárcel y a la posibilidad de multas por engancharse de manera ilegal a la red eléctrica.
Hace un par de días, una de las principales compañías eléctricas cifró en «2.200 gigavatios el consumo ilegal de energía para alimentar estas plantaciones» a nivel nacional sólo durante 2022. El equivalente al consumo legal de los 684.000 habitantes de Sevilla en doce meses.
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