Una veintena de malienses conviven en los soportales de Salburua. Igor Martín

Más de 250 refugiados malienses han sido atendidos en Vitoria desde julio

Se asiste a una treintena a la semana en la capital alavesa. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha tratado con 548 solicitantes de asilo en Euskadi

Jon Casanova

Jueves, 6 de noviembre 2025, 00:44

Vitoria se ha convertido en el principal punto de acogida de las personas refugiadas procedentes de Malí en Euskadi. Desde el 1 de julio, la ... Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) Euskadi ha atendido a 548 solicitantes de asilo malienses, de los cuales 257 han pasado por la oficina alavesa, lo que representa el 46,89 % del total. En apenas cuatro meses, la capital vasca se ha consolidado como el epicentro de la atención a esta comunidad.

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Desde la gran oleada en agosto, con la llegada de más de medio centenar, han recalado en Vitoria a cuentagotas con un último aluvión en la primera quincena de octubre. El pasado martes, más de una veintena se reunió nuevamente en la calle Cuenca del Deba. Entre colchones tirados sobre el suelo y mantas, soportan las frías noches mientras esperan resolver su situación ilegal. En la oficina de Vitoria, CEAR atiende semanalmente entre veinte y treinta refugiados africanos.

«Nosotros estamos aquí, no para molestar a nadie, sino para ayudar, contribuir y pagar nuestros impuestos como todos los demás», expresa Sobou Bakar, refugiado maliense de 38 años. Se vio obligado a huir de su país natal hace diez años, cuando su hija tenía tan solo unos meses. «El problema empezó cuando la tuve a ella. Quisieron practicarle la ablación y yo me opuse. También me opuse a la esclavitud.

Integración

«No estamos aquí para molestar a nadie, sino para trabajar y pagar nuestros impuestos como todos»

Para ellos, cometí un grave error. Desde entonces, esa gente me busca por todas partes para hacerme daño», recuerda Bakar, quien lleva una década tratando de reunirse con su hija. «La única persona que me ayudaba era mi madre, y ella ya no está viva. Por eso vine a España, para pedir protección internacional y hacer todo lo que esté en mis manos para traer a mi niña», explica en francés. Tras una larga travesía por Francia de nueve años, anhela que ese punto de encuentro sea Vitoria, una ciudad con la que está agradecido «por toda la ayuda que nos dan los vecinos».

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Sobou Bakar, 38 años, Malí

«Me opuse a la ablación de mi hija y desde entonces me buscan para hacerme daño»

Llegó hace 25 días y, aunque mantiene la esperanza, la situación desespera. «El documento que nos dan como constancia para solicitar asilo tiene un plazo que es demasiado largo», recrimina. Sus principales problemas son el asilo, la comida y el frío, con el que combate a diario. Matenin, de tan solo 20 años, también lidia con la misma tesitura. Salió de Malí por la guerra hace dos años y malvivió en Marruecos y Mauritania hasta llegar a España. Tras 10 meses en Lepe, donde pasó momentos «muy difíciles», su situación en Vitoria, pese a dormir en la calle, es «un poco mejor porque la gente aquí es muy amable», argumenta.

Como ellos, otras 1.672 personas han sido atendidas en Euskadi por CEAR en la Fase de Valoración Inicial y Derivación. El 28,5 % provenía de Malí. De ellas, 156 personas asistidas en Vitoria han ingresado en el programa de acogida. Según las últimas informaciones de CEAR, hace dos semanas habían 27 malienses alojados en el territorio en la fase de valoración inicial y dos más en la de acogida temporal.

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A Cádiz y Sevilla

La falta de plazas en servicios de Euskadi llevó a trasladar en la madrugada del miércoles a 45 refugiados a Cádiz y Sevilla en coordinación con el sistema estatal para garantizar su atención. El pasado 23 de octubre condujeron a otras 46 personas a los mismos destinos. Desde CEAR explican que la llegada de refugiados malienses se ha multiplicado en los últimos meses debido al agravamiento de la situación en su país. «Estamos recibiendo cada vez por la inestabilidad política, violencia, conflictos armados y crisis climática», señalan fuentes de la organización.

Asimismo, advierten de que las cifras oficiales de solicitudes de asilo no reflejan la realidad del flujo migratorio, ya que miles de personas no logran obtener cita para formalizar su petición de protección internacional en España. El sistema de cita previa del Ministerio del Interior suele responder con el mensaje 'No hay citas disponibles'. Una situación que vivieron los refugiados malienses que acabaron llegando –y llegan– a Vitoria convencidos, por el boca a boca, de que la tramitación es más ágil.

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