Imagen del estanque situado en el parque del Este, en Salburua

El estanque del parque del Este tendrá un vallado vegetal en dos meses

El Ayuntamiento adjudica por 19.900 euros la instalación de un biorrollo que acabe con la inseguridad denunciada por los residentes de Salburua

Daniel González

Domingo, 10 de julio 2016, 00:32

El estanque del parque del Este, en Salburua, contará en breve con un vallado vegetal que acabe con los problemas de inseguridad denunciados por los vecinos. El Ayuntamiento ya ha adjudicado la instalación de un biorrollo con el que evitar que los niños puedan caer al agua, y la empresa cuenta ahora con un plazo de dos meses para ejecutar la obra. Fuentes municipales confirmaron a EL CORREO que está previsto que la instalación arranque en breve, y barajan el mes de septiembre como límite para que esté concluido. La responsable de este montaje será la empresa Viveros Eskalmendi, que recibirá por ello 19.918,24 euros. El importe final supone una rebaja del 28,14% respecto a los 27.718,90 que calcularon los técnicos inicialmente.

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De esta manera, el Consistorio soluciona al fin una de las reivindicaciones históricas del barrio, ya que los vecinos llevan años alertando del riesgo que supone que el estanque no cuente con ninguna medida de protección, lo que hace que los niños jueguen a pocos centímetros del agua. El miedo a que acaben cayendo a la cubeta lo comparten muchos padres. Y aunque la escasa profundidad del mismo, con sólo 45 centímetros, hace difícil que lleguen a ahogarse -salvo si se trata de un niño muy pequeño- sí que existe el riesgo de que contraigan alguna enfermedad si tragan el agua sucia.

Fomentar la biodiversidad

Además, y con la llegada del buen tiempo, es habitual ver a algunos chavales más mayores usando esta laguna artificial como piscina para refrescarse. Ante esta situación el colectivo vecinal de Salburua llegó a colocar carteles alertando del peligro y, meses más tarde, a rodear con una banda de plástico todo el perímetro del estanque. Fue su forma de denunciar en la pasada legislatura cómo la solución se retrasaba, y aunque al perder el PP la Alcaldía hace ya un año dejó un proyecto listo para ejecutar, es ahora cuando se licita la obra a través de un contrato menor.

Un paso que para el concejal de Medio Ambiente, Iñaki Prusilla, «da respuesta a la sensación de inseguridad manifestada por algunos vecinos de la zona con una solución doble. Por una parte resolvemos esa peligrosidad detectada para la población infantil, y al mismo tiempo fomentamos este estanque como punto de interés desde la perspectiva de la biodiversidad». No en vano, con la puesta en marcha de este vallado «aumenta la vegetación y las zonas de refugio para la fauna, así como los puntos de evacuación», insiste. Y este trabajo se ha hecho con el visto bueno del barrio. «Hemos informado de la solución propuesta a los vecinos de la zona, que venían solicitando esta medida muchos meses, y la ven con buenos ojos», reflejó Prusilla.

La memoria del proyecto describe las actuaciones para solventar esta inseguridad. En ella se plantea establecer una banda perimetral de al menos 120 centímetros de anchura en la zona de contacto entre la zona pavimentada y el estanque, en la cual se reduce la profundidad colocando en el interior del estanque los biorrollos, de 30 centímetros de diámetro y 300 de longitud, que retendrá la tierra vegetal que conformará esa banda de seguridad de poca profundidad.

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De forma paralela, se colocarán plantas acuáticas autóctonas de dicha banda perimetral, como lirios, mentas, juncos, caltas... Y en las zonas que bordean con el césped se estudia la plantación de arbustos, que limitarán el acceso al estanque a través de la pradera.

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