Restos de la obra, con tuberías de amianto tapadas, en una calle junto a las vías del tren.

Amvisa ordena el cierre de las zanjas de San Martín ante el aluvión de críticas

Los trabajos se prolongarán al menos dos semanas, mientras el Ayuntamiento estudia aún cómo continuar con el 30% de lo que resta de la polémica obra

Daniel González

Jueves, 19 de mayo 2016, 00:39

Los vecinos de San Martín confirmaron ayer sus temores tras ver cómo en los últimos días se reducía el trabajo en las obras de canalización contratadas por Amvisa. La retirada desvelada por EL CORREO de Construcciones Arian, a la que se adjudicó esta obra, al entrar en preconcurso de acreedores, dejaba en el aire el cierre de las zanjas abiertas y la realización de un 30% del proyecto. Por eso, la sociedad municipal ha requerido a la contrata que se ocupe de cerrar todos los hoyos que aún quedan y remate las canalizaciones ya instaladas. Una tarea que, según confirmó el capataz de la obra, se prolongará las próximas dos semanas.

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Ayer mismo una cuadrilla de operarios se afanaba en devolver la normalidad a las aceras y la carretera de Beato Tomás de Zumárraga, cumpliendo el acuerdo alcanzado entre ambas partes para que la afección sea mínima. Y es que el miedo de los residentes era que estas zanjas y el vallado en varias calles, que afectan también a muchas plazas de aparcamiento, se quedasen así los meses que dure el parón. Porque en algunos puntos, sobre todo próximos a los pasos de peatones, aún permanecen pequeñas islas rodeadas por las vallas de las que sobresalen diferentes tuberías.

Son los nudos de conexión entre las diferentes canalizaciones, pero el responsable del tajo garantizó que también entran dentro de las actuaciones que se realizarán. «Vamos a cerrar todo lo que se ha abierto, incluidos esos puntos, y también se terminarán las canalizaciones que ya hemos instalado», aseguró. Además, la contrata se ocupará de trasladar el amianto retirado del subsuelo a los vertederos que se ocupan de estos materiales tóxicos, aunque vecinos de la zona aseguran que numerosos restos de la obra, incluidas tuberías de esos tubos peligrosos, se acumulan desde hace semanas en una parcela de la calle Santa María Josefa del Niño Jesús, esquina con Pedro Asúa, junto a los vías. Lo que no pueden asumir es la realización del resto del proyecto. La incertidumbre de los propios trabajadores era patente ayer a pie de zanja, ya que dejar la obra sin concluir supone exponerse a una sanción por incumplir el contrato.

A debate en el consejo

Y no son los únicos en esta situación. Fuentes municipales reconocieron a este diario que aún no saben qué solución pueden adoptar. «Se está analizando con los servicios jurídicos para ver todas las fórmulas posibles, porque es la primera vez que nos pasa algo así», reconocían. En este caso la entidad contratante es Amvisa, y eso supone una complicación añadida de cara a realizar una nueva adjudicación. «Se está trabajando para ver cuál es el siguiente paso», aseguraron, antes de insistir en que «el suministro está garantizado y no va a haber ningún problema por usar las tuberías viejas». Hoy se cortará el agua de 8.30 a 13.00 en los portales de una de las aceras de Tomás Alfaro para conectar las tuberías viejas a las nuevas.

En el consejo de Amvisa de hoy se abordará esta cuestión y las posibles sanciones. Y frente a las acusaciones lanzadas desde la oposición y los vecinos de que el problema está causado por la rebaja del 40% que ofreció Construcciones Arian respecto al precio de licitación -se pasó de 2,7 millones a 1,6; y se redujo a nueve meses los 15 del pliego-, en el Ayuntamiento se mostraron tajantes. «En los últimos años todas las obras de la ciudad han tenido bajas, y eso no supone que los trabajos se paralicen. Las empresas deben ofrecer garantías de que pueden realizarlos con esas condiciones».

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Mientras tanto, los residentes estuvieron ayer pendientes del movimiento en las zanjas. La incertidumbre de qué pasará con el proyecto era evidente en los comercios, y más de un vecino alertó del riesgo de que no se terminen los remates pendientes. Iñaki, que vive en Tomás Alfaro, se llevó un buen susto al descubrir que se habían retirado las vallas que impedían aparcar en esta calle, dejando a pocos centímetros de los neumáticos una larga tubería por la que circula de forma provisional el agua. «¿Qué pasa si la revienta un coche al aparcar?», clamaba con miedo a quedarse sin agua en casa. Y otro residente de Avendaño no dudó en expresar su malestar. «Deben hacer todo lo posible para minimizar los daños, que retiren las vallas y los materiales. Porque no sabemos a quién dirigirnos», reclamó recordando las molestias ocasionadas en los más de dos meses de trabajo. «Ha habido problemas desde el principio, no han sido cuidadosos, la limpieza ha sido un desastre y hasta se ha avisado a la Policía Local por ello». Ante esto, echó en falta «que Amvisa no se haya dado una vuelta por aquí cuando se le ha avisado de que no se estaba haciendo bien». Y Daniel recordó los problemas en los cruces de la recta desde Avendaño hasta Beato, sin apenas visibilidad «por culpa de las vallas y el espacio reducido. Los coches no te veían».

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