Vodka alavés para paladares selectos
La marca local Basmoon seduce a expertos en gastronomía en una cata donde descubren cómo se elabora
Daniel González
Viernes, 29 de enero 2016, 00:40
Salvo por la pequeña fotografía a color colocada en medio de la puerta, el pabellón que alberga la destilería alavesa Basque Moonshiners apenas da pistas de lo que se esconde en su interior. Porque aunque hace ya tiempo que la Ley Seca pasó a la historia, a los artífices del primer vodka de patata "made in Álava" les gusta mantener el espíritu casi clandestino de quienes hacen que el alambique extraiga la esencia del producto que procesan. Prefieren la discreción a la hora de buscar aquello que los escoceses llamaban "spirit", aunque ayer desvelaron sus secretos más preciados ante varios expertos en gastronomía.
La promesa de poder participar en una cata de Basmoon, el vodka "premium" que producen de forma artesanal, atrajo a una quincena de profesionales relacionados con el sector dispuestos a examinar con sus selectos paladares las peculiaridades de este licor que destilan en pequeños lotes que no superan las 1.400 botellas. Pero el verdadero premio fue poder conocer de primera mano cada fase de un proceso que, en apenas medio mes, convierte las patatas alavesas en un elixir de premio. "Hemos invitado a blogueros, periodistas, cocteleras y otros profesionales no sólo de Álava, sino del País Vasco y nacionales", explicaba José Luis Navarro, director de esta microdestilería. La jornada sirvió, además, para presentar la carta de cócteles que el reputado "bartender" Manu Iturregi ha concebido para Basmoon y que se distribuirá en bares y en la web www.basmoon.es.
Porque a falta de unos meses para que este vodka cumpla un año en el mercado salió a la venta en abril de 2015, sus creadores degustan ya el éxito de su elixir. Además de instalarse en tiendas de delicatessen y decenas de bares vitorianos, su presencia a nivel nacional crece a buen ritmo y ha captado la atención de exportadores, que lo han llevado hasta Bélgica y en breve a Estados Unidos. Lo avalan, además, dos reconocimientos de The Spirit Business, "la publicación europea de destilados más prestigiosa, que en los premios que organizan cada año nos han dado una medalla de oro en la categoría de vodka "premium" y otra de plata en la categoría de microdestilerías", detalló Navarro.
Alambique alemán
"Ha sido un espaldarazo muy importante, la confirmación de que es un producto de calidad, y esperamos que este año siga la racha de premios en otros certámenes", agregó. Con esa carta de presentación no es de extrañar que el grupo de expertos pusieran las mejores notas a su mimado producto. Nada más ver el imponente alambique de cobre, importado desde Alemania, tuvieron claro que en la destilería sigue muy presente la esencia de los "moonshiners", aquellas bebidas producidas en la clandestinidad durante la Ley Seca en Estados Unidos.
El embrión de Basque Moonshiners fueron los primeros licores que el abuelo de Carlos Ortiz de Zárate, el maestro destilador que cuida la producción, empezó a elaborar en su alambique casero durante la Guerra Civil, siguiendo la receta que el guerrillero italiano Antonello Favro compartió con esta familia de Fontecha. "Él comenzó la tradición familiar de hacer destilados caseros, a base de patata porque era lo que había en esa época", aclaró Navarro. Cuando descubrió de joven junto a sus dos socios el viejo alambique y prepararon sus propios destilados, ninguno lo dudó. Se lanzaron a la aventura para crear el primer vodka alavés con el ingrediente original.