Cuatro días para que María Ángeles pierda su casa
Kaleratzeak Stop exige a Alokabide que paralice el desahucio este viernes de la inquilina de un piso social en Abetxuko
Daniel González
Lunes, 25 de enero 2016, 02:17
María Ángeles agarra con fuerza la carpeta que puede evitar su desahucio. Sabe que su contenido garantizaría que pueda quedarse en la vivienda de protección ... social de Alokabide en la que reside desde 2005, pero necesita que esta entidad dependiente del Gobierno vasco acepte su alegación al duro informe en el que justifican su expulsión. Apenas tiene tiempo para lograrlo. El próximo viernes, a las once de la mañana, la comitiva judicial acudirá al número 3 de la calle Arriagana, en Abetxuko, para desalojarla del piso. Por eso, ella apura junto a la plataforma Kaleratzeak Stop Araba los últimos días antes de la fecha límite preparando las acciones que permitan que Alokabide escuche sus argumentos.
Porque ellos defienden que esta inquilina ha cometido «graves problemas de convivencia» desde el año 2007. No se trata sólo de impagos puntuales hace ya años, que ella asegura haber justificado con informes de las trabajadoras sociales «y ya se pagaron», sino de acusaciones que apuntan a que María Ángeles habría utilizado su vivienda y el cuarto de bicis del portal para presuntamente vender droga, habría maltratado a los niños del vecindario y acosado a las empleadas de la limpieza del bloque de viviendas con amenazas. Salvo esta última cuestión, de la que alertó el administrador de fincas, el resto se basan en denuncias anónimas.
Por ello, en 2013 anunció a esta vecina que no renovaría su contrato y tendría que abandonar el piso. María Ángeles acudió a los tribunales sin conocer el contenido de este informe. De forma paralela, y tras varias solicitudes, en mayo de 2015 tuvo acceso a este documento. Y al conocer las acusaciones se quedó de piedra. «Me levanté de la mesa, no le dejé seguir leyendo. Me sentí fatal, porque todo eso es mentira», asegura. Con el documento en su poder, hizo fotocopias y las repartió entre sus vecinos para pedirles que cada uno escribiera una carta en su defensa.
Apoyo de sus vecinos
Más de cuarenta residentes, el cartero del barrio, algún comerciante y la propia empleada de la limpieza, que trabaja allí desde hace varios años, avalan que «todas esas acusaciones son mentira» con sus cartas de defensa. Estos textos coinciden en describir a María Ángeles como «una persona excelente» y desmontan todas las denuncias. Los vecinos más antiguos del bloque desmienten que ella haya vendido droga en el barrio, y el uso que ella dio al cuarto de bicis «tras pedir permiso en una reunión de vecinos» era de almacén de juguetes y balones.
Y es que, según los testimonios recogidos, esta vecina está siempre jugando con los niños de la zona, para quienes organiza fiestas de cumpleaños, meriendas y hasta «bajadas de Celedón». Cuando nieva «es la primera en bajar con ellos a hacer un muñeco de nieve», aseguran. Y en el cuarto también guarda las escobas con las que barre el portal para que siempre esté limpio.
A María Ángeles la definen como alguien «siempre dispuesta a ayudar» e incluso «como una madre». Eso sí, varios residentes achacan las denuncias anónimas a vecinos a los que acusan de generar conflictos e incluso de «tener tres motores desmontados en el garaje».
Para Arturo Val, integrante de Kaleratzeak Stop, estas denuncias carecen de peso, y no sólo por ser anónimas. No las respalda ninguna investigación policial o de los servicios sociales, pero además la falta de conocimiento de las mismas «le ha generado una indefensión, porque no ha podido dar su versión».
Pancartas y megáfono
Y las declaraciones de sus vecinos las desmontan. «No puede ser la misma persona del informe», comentan varios. Por eso, ahora insisten en que Alokabide pare el desahucio y estudie estas alegaciones y las más de 40 cartas, porque si prueban que ello es falso «el desahucio carecería de razón». De ahí que para el viernes busquen una movilización masiva que ayude a evitar su expulsión. Y María Ángeles no está dispuesta a quedarse quieta. «Voy a poner pancartas por toda Vitoria, y como mi hija tiene coche les he pedido el megáfono a la plataforma para que, como se hace en las elecciones, recorra la ciudad avisando de mi desahucio», describe. Porque este viernes necesita «más apoyo que nunca».
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