El HUA contará con una de las técnicas más avanzadas para tratar tumores con radioterapia
Cada año se diagnostican unos 1.900 cánceres en Álava, de los que el 40% se combate mediante rayos
Rosa Cancho
Domingo, 20 de septiembre 2015, 02:35
Cada año se diagnostican en Álava unos 1.900 tumores. Su tratamiento se aborda con cirugía, quimioterapia o radioterapia. Un paciente puede ser sometido a sólo una de estas maneras de intervenir su enfermedad o a dos o tres combinadas. En quimioterapia se utilizan fármacos que, vía oral o intravenosa, actúan sobre todas las células del organismo. La radioterapia apunta sólo a la zona del cuerpo afectada por el tumor. En la provincia, un 40% de los pacientes oncológicos sabe ya qué es ser apuntado por los rayos que dispara un acelerador lineal y ésta es una cifra que va a más, debido al aumento de los casos de cáncer.
El equipo de Oncología Radioterápica que dirige Avelino Alía en el HUA (Hospital Universitario de Álava) Txagorritxu trató el último año a 735 personas a las que les había detectado un tumor. Se sometieron a una media de 20,5 sesiones, lo que supone que los dos aceleradores con los que cuenta el búnker instalado junto a las Urgencias se encendieron en 15.000 ocasiones.
Y cada año que pasa, se irradia el tumor de una manera más precisa y milimétrica. La Oncología Radioterápica ha avanzado de manera espectacular en los últimos tiempos de la mano de la informática y hoy es perfecta para curar de una manera lo menos invasiva posible algunos tumores muy localizados. Por ejemplo, un cáncer de pulmón en su primer estadio.
Pero el futuro de estos tratamientos es aún más prometedor. El consejero de Salud, Jon Darpón, ha asegurado en una respuesta por escrito al parlamentario del PP Carmelo Barrio que el HUA tendrá disponible "para finales de 2015" la radioterapia de intensidad modulada (IRMT), mucho más precisa, capaz de atacar el tumor con altas dosis de radiación y afectar lo menos posible los tejidos que lo rodeen o a los órganos cercanos.
Alía y el también oncólogo Raúl Poza reciben la noticia con optimismo, ya que la compra de ese software es vital para mejorar las prestaciones de uno de los dos aceleradores vitorianos y evitar tener que trasladar a los pacientes que reciben ese tipo de terapia de nueva generación al Onkologiko de Donostia.
Los dos especialistas explican para EL CORREO cómo es el día a día de un servicio que cada vez tiene más trabajo. "La incidencia del cáncer ha aumentado, pero también hay más tratamientos y mayores tasas de supervivencia. Hoy vivimos más años y también hay que tener en cuenta que hay pacientes que fueron tratados de un cáncer y que con el paso del tiempo desarrollan otros tumores", explica Alía.
En los treinta años de carrera que lleva en Txagorritxu, la radioterapia ha vivido "cambios fundamentales, antes eran tratamientos mucho más agresivos, se atacaba al tumor pero también a lo de alrededor". Hoy todo ha evolucionado, desde la cirugía hasta la anestesia. Cada vez hay más seguridad. "Para nosotros todo esto ha sido como pasar de una película muda a una en tres dimensiones".
En tres dimensiones
Y realmente es así. El escáner y otro tipo de pruebas diagnósticas basadas en la imagen permiten a los oncólogos planificar los tratamientos en ordenador sobre imágenes tridimensionales de la zona a radiar. "Al paciente se le hace un escáner y se trabajan con esas imágenes. Se contornea automáticamente su piel y cada órgano y aislamos cada parte. Al final logramos una composición espacial de la ubicación exacta de cada tumor. Esa es nuestra diana, a la que disparamos radiación desde diversos sitios sin dañar los órganos sanos", explica el jefe de servicio.
Cada sesión dura entre diez y quince minutos. Con la nueva tecnología, el acelerador va a poder dar vueltas alrededor del paciente y disparar la radiación en el sitio justo con más intensidad y afectando apenas al tejido alrededor. "En algunos casos no serán necesarias tantas sesiones y baja la toxicidad", defienden. Por ejemplo, esa precisión será vital para el tratamiento de tumores cerebrales cercanos a nervios ópticos y algunos cánceres de próstata desaparecerán con apenas cinco sesiones cuando ahora se tratan una media de 35 días.