Vitoria recupera su vieja Catedral
El obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, ha oficiado la Eucaristía con la que vuelve a la vida la Catedral de Santa María
Asier García Morato
Domingo, 8 de junio 2014, 00:55
Ha vuelto a la vida. Los muros de la catedral de San María, veinte años después, vuelven a albergar una eucaristía. Dos décadas, lo que en las medidas del tiempo de un edificio gótico debe ser algo así como dos minutos para un humano, que se cierran con un multitudinario oficio al que no han faltado las máximas autoridades del territorio.
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La cita ha sido hoy, festividad cristiana de Pentecostés. Seguramente con menos boato del que hubiera sido habitual en otras épocas, pero con la ceremonia ajustada a un hecho de tanta relevancia. Se consagrará de nuevo al culto con una Eucaristía presidida por el Obispo de Vitoria, Miguel José Asurmendi, y ante la presencia de diversos representantes institucionales. Al frente de ellos, el lehendakari, Iñigo Urkullu; el diputado General de Álava, Javier de Andrés; el presidente de las Juntas Generales, Juan Antonio Zárate, y el alcalde de Vitoria, Javier Maroto. La celebración de la misa seguirá el orden habitual del día de Pentecostés, aunque también se incluirá la consagración del altar.
Tanto el diputado general como el alcalde han aprovechado la ocasión par recordar la importancia que Santa María tiene para Vitoria. "Estamos ante el hito más importante del proceso de rehabilitación, pero no el último", ha recordado Javier de Andrés. "Quedan por delante la musealización y la urbanización de la plaza".
En este sentido, Javier Maroto ha incidido en que "el dinero público que se ha destinado a esta rehabilitación permitirá traer riqueza a la ciudad. La catedral es un elemenot tractor a la hora de crecer en visitantes y en último término en inversión internacional en Vitoria".
La primera ceremonia en veinte años ha sido multitudinaria. En previsión, el obispado ya había colocado sillas supletorias en distintas zonas de la Catedral para evitar en la medida de lo posible que los feligreses se queden de pie. Esta celebración, en todo caso, supone el comienzo de un nuevo calendario de actividades. Si la catedral ha estado viva y presente en el latir de la ciudad cuando ha estado cerrada, mucho más lo estará ahora con sus puertas abiertas. El culto volverá de forma regular los sábados a las 9:30 y los domingos a mediodía. Al mismo tiempo se mantendrá el programa de visitas y otros usos culturales como el Abierto por concierto, los tradicionales encuentros musicales en el excepcional marco catedralicio.
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Un poco de historia
Lo que en un principio fue calificado como un cierre temporal por parte de Juan Ignacio Lasagabaster, arquitecto de los servicios forales (y actual director de la Fundación Catedral Santa María), el 27 de octubre de 1994, se ha acabó convirtiendo en una restauración a la vista de todos que ya ha pasado a la historia por sorprender a propios y extraños con su original concepto de abierto por obras, reproducido ahora por otros muchos templos, incluso la Catedral de Santiago de Compostela, una de las principales mecas de la Cristiandad. Pese al escepticismo que causo inicialmente, el modelo de enseñar de forma didáctica el proceso de corrección de las numerosas heridas arquitectónicas que amenazan con la ruina del edificio ha demostrado su eficacia. En solo 5 años consiguió más de 350.000 visitantes y el modelo no solo ha sido exportado a Compostela también a otros como el palacio Güell de Barcelona o a la Calera de Las Huerfanas de Uruguay.
La primera restauración de la Catedral fue realizada en los años 60. Se dijo que esa obra había puesto "a salvo" al templo "para los próximos 600 años". Pero luego se demostró que ese exceso de optimismo del obispo del momento, monseñor Peña, no correspondía con la realidad. Un cuarto de siglo después, y ante la amenaza de ruina total, hubo que tomar el toro por los cuernos. Se decretó el cierre al culto y, aunque de inicio se creyó que una obra menor lograría mantener la iglesia en pie, después se consideró que los males que aquejaban al edificio eran tan profundos que había que zanjarlos de ráiz.La restauración de la Catedral vieja acabó convirtiéndose en una obra mayúscula en la que han sido necesarios 7 años de planificaciones, 13 de obras y cerca de 26 millones de euros.
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A cambio de tamaño esfuerzo, la catedral ha devuelto a la ciudad y a sus habitantes mucho más de lo que se empeñó en ella. En todo este tiempo la restauración la Catedral ha sido protagonista de decenas de hallazgos arqueológicos que han aportado nuevas y valiosísimas informaciones sobre los orígenes de Vitoria y más en concreto de la pequeña aldea Gasteiz que se ubicó en lo alto del cerro que ahora conocemos como Casco Histórico. Al mismo tiempo en el que se hacían estos descubrimientos, los operarios se encargaban de reforzar cimientos y arreglar pilares para que esta vez si la catedral estuviese a salvo para los próximos 600 años.
El hecho de que todo este proceso y sus descubrimientos pudiesen ser visitados a diario hizo que se deslumbrasen desde los propios vitorianos hasta figuras internacionales como Jose Saramago, Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez Reverte, Paulo Coelho o Ken Follett, quien se inspiró de forma clave en su proceso de restauración al escribir 'Un mundo sin fin', la continuación del best-seller 'Los Pilares de la Tierra', libro cuya presentación mundial se efectuó precisamente en la catedral de Santa María en un día que quedó grabado en la historia de la ciudad. Lo que comenzó como una obra puntual ha acabado por rejuvenecer de pies a cabeza uno de los monumentos más importantes de Vitoria y de Euskadi, un monumento que hoy vuelve a recuperar su rutina habitual tras una pausa de dos décadas.
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