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Clientes en el patio de operaciones de la sede central de la Caja Municipal de la Caja Municipal de Vitoria en 1965. Fotos: Fundación Sancho el Sabio

175 años en la Historia de Álava

La Vital está de supercumpleaños. La evolución de las Cajas ha influido en nuestros cambios sociales, culturales y deportivos

Domingo, 16 de noviembre 2025, 01:29

En el año 2000, la Caja Vital Kutxa, presidida entonces por Pascual Jover, cumplió 150 años. Con este motivo, desde la propia institución me encargaron ... que coordinara una obra sobre su evolución histórica, desde sus orígenes hasta el inicio del siglo XXI. Fruto de este encargo fue la publicación del libro 'Caja de Ahorros de Vitoria y Álava: Ciento cincuenta años en la historia de Álava (1850-2000)', en el que participaron algunos de los mejores historiadores alaveses de aquel entonces.

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Hoy, al llegar al 175 aniversario, mi primera sensación es que parece mentira que hayan pasado veinticinco años desde el aparentemente no tan lejano año 2000; la segunda es que, después de la fusión en 1990 de las dos entidades previas para dar lugar a la Caja Vital, era difícil prever que, en los años siguientes, esta iba a abordar una transformación tan profunda como la que supuso la creación de Kutxabank en 2011 y la puesta en marcha de la actual Fundación Vital Fundazioa, heredera de la historia de las Cajas de ahorro alavesas y de su Obra Social.

En 1850, cuando el alcalde Luis de Ajuria promovió la creación de la Caja de Ahorros de la Ciudad de Vitoria, la capital alavesa era una pequeña localidad de apenas 18.000 habitantes. Pese a ello, se adelantó a ciudades más importantes, pues fue la duodécima entidad de este tipo en crearse en España, después de que la Caja de Ahorros de Madrid diera el pistoletazo de salida en 1839. El Ayuntamiento de Vitoria procedió a su creación el 19 de noviembre de 1850, aunque la Caja, que funcionaba en los locales municipales, no abrió sus puertas hasta el domingo 24 de ese mes. Ese día se acercó a las oficinas un solo impositor, Alejo Landa, que debía tener mucha confianza en la idea, pues ingresó mil reales, lo máximo que permitía el reglamento. La primitiva Caja Municipal solo abría dos horas a la semana, los domingos de 10 a 12 de la mañana, y debido a su vocación asistencial, la mayor parte de su clientela estaba compuesta por gentes de condición humilde. Este rasgo se incrementó aún más con la apertura de su Monte de Piedad en 1856.

Empleados en la oficina situada en los bajos de la Plaza Nueva (1930). Fundación Sancho el Sabio

La Municipal fue creciendo, al mismo tiempo que lo hacía lentamente Vitoria. A partir de 1901 la única oficina existente comenzó a abrir todos los días por la mañana. A la vez, la gestión se profesionalizó, separándola del Ayuntamiento, con el nombramiento de un director-gerente en 1916. En 1922 contaba ya con dieciséis empleados. Un gran avance se produjo en 1934, cuando se inauguró su nueva sede, un flamante edificio entre Olaguíbel y Fueros, en el solar de los antiguos cuarteles, que anteriormente ocupaba el convento de San Francisco.

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La Caja Municipal solo abría los domingos de 10 a 12 de la mañana y la mayor parte de su clientela era gente humilde

En 1918 la Municipal había abierto en Salvatierra su primera sucursal fuera de Vitoria. Para entonces, ya no estaba sola, pues el 17 de enero de 1918 la Diputación había creado la Caja Provincial de Ahorros de Álava. Fiel a su denominación, se extendió por toda la provincia, con veintidós oficinas en 1928. En 1933, casi a la vez que la Municipal, inauguró una nueva sede, en la calle Postas, esquina Banco de España. Pero, más que competir entre ambas, las dos Cajas se enfrentaron al desafío que suponía la apertura de nuevas entidades financieras, como el propio Banco de Vitoria (1900) o, a partir de 1912, las sucursales de los bancos de Bilbao, Vizcaya, Urquijo Vascongado o Hispano-Americano. Al calor de la expansión de la economía capitalista, las Cajas, sin olvidar su inicial carácter benéfico-asistencial, tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos, ante el temor -tal y como explicaba un informe de la Municipal en 1917- de «que el empuje de otras similares entidades anule la de Vitoria, dejándole morir de inacción».

La compra de Mendi

Las Cajas no murieron de inacción. Por el contrario, supieron adaptarse a los tiempos y superar momentos de crisis. Afrontaron nuevos objetivos de ayuda social, como las escuelas rurales, las cantinas escolares, los comedores económicos o las casas baratas, en plena crisis económica de los años treinta. Incluso se internaron en el ámbito deportivo, con la compra de Mendizorroza al Alavés por la Municipal en 1933. A la vez, la difícil situación económica de la etapa republicana hizo que se incrementara el temor a los atracos. Varios empleados pidieron «que se gestione para ellos las correspondientes licencias para uso de armas, con objeto de poder hacer frente a los peligros que, dada la actual crisis social, lleva consigo el manejo de dinero». También la Guerra Civil afectó dramáticamente a las Cajas. Algunos de sus vocales y empleados sufrieron la represión, y en la terraza de la Municipal se instaló un nido de ametralladoras y una protección de defensa antiaérea, ante los bombardeos de la aviación republicana sobre Vitoria.

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Acceso principal a la sede central de la entidad en los soportales de la plaza (1929-1933). Fundación Sancho el Sabio

Tras superar los difíciles años de la posguerra, el gran cambio en la historia de las Cajas tuvo lugar, como el de la propia Vitoria, en la segunda mitad del franquismo. Los datos de evolución del ahorro muestran un auténtico boom entre 1959 y 1976. Las Cajas, sin abandonar su origen benéfico-social, se transformaron en entidades financieras que actuaron como un catalizador del espectacular desarrollo alavés en esa época. Además de apoyar la formación profesional (Escuelas Diocesanas y Jesús Obrero, hoy Egibide), sirvieron de soporte al Ayuntamiento y a la Diputación para promover los polígonos industriales y los barrios que dieron origen a la Vitoria moderna. En 1965, por ejemplo, su memoria anual ya no destacaba como labor social los premios del Día del Ahorro, sino la creación de 15.000 puestos de trabajo. A la vez, paradójicamente, trataron de mantener la imagen de una Vitoria congelada en el tiempo, con la restauración del Portalón o la Casa del Cordón. En el terreno cultural, fue clave la creación en 1955 de la Institución (hoy Fundación) Sancho el Sabio, convertida en el mejor centro de documentación de la cultura vasca. En el ámbito deportivo, destaca la puesta en marcha del Estadio en 1960, una de las más modernas instalaciones deportivas de la España de entonces.

La pionera Merche Villacián

Esta 'revolución' de la labor de las Cajas era compatible con un régimen dictatorial, que desapareció tras la muerte de Franco y la Transición. Esta permitió la democratización de las instituciones y, por tanto, de las Cajas, que iniciaron un rápido proceso de modernización. Durante mucho tiempo, la presidencia de ambas entidades coincidía reglamentariamente con el alcalde y el presidente de la Diputación. Desde 1980, por el contrario, el presidente del Consejo de Administración era elegido por los propios órganos de gobierno. Esto permitió que en 1980 Mercedes Villacián fuera la primera mujer al frente de la Caja Municipal (un cargo en el que, posiblemente, fue pionera en las Cajas españolas). Pese a las dificultades económicas de la Transición, ambas incrementaron exponencialmente sus recursos y el número de empleados, e incorporaron nuevas tecnologías, aunque algunas, como la 'Autocaja' (para sacar dinero en una oficina sin bajarse del coche) son hoy prehistóricas. En este contexto, el 18 de junio de 1990 se producía la fusión de las dos entidades, dando lugar a la Caja de Ahorros de Vitoria y Álava (Caja Vital Kutxa). Esta tuvo que afrontar nuevos desafíos, como la adaptación al euro en 2002, antes de proceder a los profundos cambios ya mencionados de 2011.

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Además de apoyar la FP o dar soporte a los polígonos industriales, crearonla Fundación Sanchoel Sabio o el Estadio

Álava se parece hoy muy poco a la que vio nacer en 1850 la Caja Municipal. Vitoria-Gasteiz es la capital de Euskadi y cuenta con más de 260.000 habitantes. Mientras, en España se han sucedido drásticos cambios sociales y económicos, regímenes políticos diversos (varias dinastías, dos repúblicas, dos dictaduras y dos guerras civiles), hasta llegar al actual sistema democrático y a la integración en la Unión Europea.

Toda esta historia se puede leer a la luz de la evolución de las Cajas, cuya actividad ha influido no solo en la economía, sino también en los cambios sociales, educativos, culturales o deportivos de Álava a lo largo de 175 años. Incluso los nombres de los máximos responsables de las Cajas corresponden con grandes figuras de la historia de Álava, como Mateo Benigno de Moraza, Ladislao Velasco, Guillermo Elío, Teodoro González de Zárate o Eulogio Serdán. Replicando el título del libro de 2000, no se cumplen ahora 175 años de una institución más, sino que es la propia historia de Álava en su conjunto la que se refleja en el largo camino recorrido por la primitiva Caja de Ahorros de Vitoria, hasta llegar a la actual Fundación Vital Fundazioa.

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