El PNV considera «un auténtico despropósito» la apertura de Garoña

El PP se quedó ayer solo en la defensa de la hipotética reapertura de la central de Garoña a final de año. El resto de formaciones políticas, así como los movimientos ecologistas, se mostraron muy críticos a la hora de valorar esta posibilidad, que se convertirá en una certeza si el Gobierno amplía la vida de las nucleares hasta los 50 o 60 años, una hipótesis en la que la empresa propietaria de Garoña ya trabaja.

El más contundente fue el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, quien aseguró que alargar la vida útil de la central burgalesa «hasta los 60 años es un auténtico despropósito». «Tiene muy poca aportación energética, casi como una luciérnaga, y los costes para mejorar su seguridad supondrían alrededor de 150 millones de euros. Correr un riesgo semejante para obtener un rendimiento tan pequeño es un despropósito», insistió Esteban, quien reclamó la comparecencia del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, en el Congreso para dar explicaciones, sumándose así a las demandas de PSOE e Izquierda Plural.

Basura radiactiva

Pero no sólo en Madrid fue evidente el malestar que la posible reactivación de Garoña ha generado en apenas 24 horas. En Vitoria, EH Bildu solicitó que el director general de Nuclenor -empresa propietaria de la planta, participada a partes iguales por Iberdrola y Endesa- dé explicaciones en el Parlamento vasco acerca de las condiciones en las que reanudaría su actividad. «Es inaceptable que el Gobierno deje en manos de la empresa esta decisión. Parece que los intereses económicos y empresariales estén por encima de la seguridad de miles y miles de personas y del medio ambiente», censuró el parlamentario Dani Maeztu.

Por otra parte, Ecologistas en Acción y EQUO insistieron una vez más en que prolongar la actividad de Garoña «incrementará el riesgo de accidentes y la cantidad de basura radiactiva a gestionar». Ambas organizaciones calificaron de «inadmisible el mercadeo del riesgo de los residuos por dinero», un peligro que se prolongará «no menos de 300 años».