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Exterior de una vivienda construida con dos contenedores marítimos, de 60 metros cuadrados y cuyo precio no llega a los 53.000 euros. :: FERNANDO GÓMEZ
Su precio no llega a los 53.000 euros

Vivir en un contenedor

Una empresa vasca transforma en tres meses depósitos marítimos en viviendas de hasta 60 metros cuadrados

SERGIO LLAMAS

Viernes, 4 de noviembre 2011, 16:55

Vivir en un contenedor puede parecer una solución extrema a la crisis, pero es una práctica cada vez más habitual en Europa. En Euskadi podríamos acostumbrarnos pronto a esta realidad. Ayer se presentó en sociedad la primera empresa del País Vasco dedicada a la transformación de depósitos marítimos en viviendas modulares. Tardan «tres meses y tres días» en tener lista una residencia de entre 30 y 60 metros cuadrados, y su precio puede llegar a ser hasta cuatro veces menor que el de un piso tradicional: 750 euros el metro cuadrado. No solo sirven como casas unifamiliares. Las estructuras pueden apilarse hasta levantar un inmueble de cinco alturas.

No es casualidad que la idea surja en plena crisis del ladrillo. Las viviendas en contenedores reciclados se ofrecen como una alternativa a los pisos tradicionales, aunque en su presentación, la firma ContenHouse se dirigió sobre todo a ayuntamientos, entidades promotoras, ONGs e, incluso, campings y hoteles que necesiten ampliar su capacidad de alojamiento. Los reducidos costes y la rapidez con la que se construyen las convierten en una fuerte apuesta para las entidades que pretendan abordar proyectos de viviendas sociales, urbanizaciones estudiantiles o alojamientos de emergencia.

Más allá de los pisos sociales, los contenedores marítimos también pueden tener una vida como pequeños chalets unifamiliares rodeados por una verja de madera y con césped flanqueando sus cuatro esquinas. Ésa es precisamente la propuesta que puede verse hasta el martes en Barakaldo, en los terrenos del CEDEMI, el Centro de Desarrollo Empresarial de la Margen Izquierda, que ha actuado como padrino de la empresa constructora. Allí se expone una vivienda piloto compuesta por dos contenedores de 30 metros cuadrados cada uno. Su precio no llega a los 53.000 euros, un desembolso por el que es posible disponer de dos dormitorios, un baño con ducha, sala y cocina, aunque la marca ya ha diseñado al menos una quincena de modelos que van desde txokos a bungalows. El prototipo puede visitarse de 11 a 20 horas.

Para el proceso no se utilizan contenedores nuevos, sino los que ya han cumplido con una vida útil, que va desde los 7 hasta los 14 años. Antes de convertirse en alojamiento son desinfectados, lijados y repintados. Mediante procesos de soldadura se les practican aberturas para las ventanas y puertas, pese a lo cual su estructura se mantiene sólida y puede soportar cinco toneladas de peso. Los depósitos son revestidos con aislamientos y láminas impermeabilizantes, se les dota de canalizaciones, cableado, tabiquería y, por supuesto, tejado. El resultado es un domicilio que cumple con las exigencias recogidas en el código Técnico de la Edificación, aunque las fases finales del proceso son tan sencillas que la firma vizcaína estudia la posibilidad de lanzar un 'kit' de montaje que permita al usuario crearse su propia casa. «Es un proyecto a desarrollar que incluiría un paquete con todos los materiales necesarios y un vídeo con las instrucciones para hacerlo uno mismo», anunció Fernando López, socio fundador de la compañía.

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