«Dudo que las centrales soporten un tsunami de 17 metros»
Considera que tras la tragedia de Fukushima se deberían «revisar los criterios sísmicos y de localización» de las plantas nucleares
IVIA UGALDE
Viernes, 18 de marzo 2011, 03:36
Frente a la lucha que se libra en la central japonesa de Fukushima, Luis Echávarri -director de la Agencia Nuclear de la OCDE desde 1997 y aspirante en 2009 a la presidencia de la AIEA- advierte de que la «radiactividad que ha salido al exterior es bastante, pero todavía manejable». No obstante, alerta de que «el accidente puede aún evolucionar en una dirección no positiva».
-¿Hay posibilidades de que se estabilice Fukushima?
-Sí, porque parece que se ha conseguido el suministro externo de la red de electricidad, lo que es muy importante porque les permitiría utilizar equipos que hasta ahora no pueden funcionar. Si esto se confirma, sería una muy buena noticia y facilitaría mucho recuperar los reactores. Lo que pase en las próximas horas va a depender de la posibilidad de conseguir un enfriamiento en los reactores.
-¿Para qué serviría ese uso de la energía?
-Si se dispone de una refrigeración del 100% y solo se necesita enfriar actualmente un 0,5% de la central sería verdaderamente fantástico. También se recuperaría parte o toda la instrumentación, con lo cual podrían medir mejor las temperaturas, las presiones, los niveles de agua. Con todo esto sería más fácil que no siga degradándose el combustible y, por lo tanto, que no se expulsen más productos de fisión nuclear, pero habría además que reparar los daños a los recintos de contención. Si se consiguiesen estas dos cosas, se estabilizaría la emisión al exterior.
-¿Cuánta radiactividad ha salido al exterior?
-Es bastante, pero es todavía relativamente manejable. Los efectos directos a la salud se producen en el orden de un sievert, o sea que no empiezan hasta 200 o 400 veces las cantidades que se registran hasta el momento, que son de unos 4.000 microsievert por hora. El verdadero riesgo está en el tiempo de exposición.
-¿Se está actuando correctamente en la central?
-Están haciendo todo lo humanamente posible. Los operadores lo están sufriendo más que nadie porque están recibiendo dosis importantes. Pero hay que tener en cuenta que están además en un país con un caos tremendo, con miles de muertos por el tsunami.
-¿Cuándo podría estar fuera de peligro Fukushima?
-Hay cuatro estándares que necesita cumplir antes de llegar a una situación de estabilidad. Primeramente debe conseguir una refrigeración constante y mantenida en todos los reactores, cerrar todas las posibles grietas desde las que se emite radiactividad, asegurarse de que no vuelve a haber explosiones de hidrógeno que puedan dañar otra vez las estructuras y, por último, evaluar los niveles de radiación de la central para proceder a la descontaminación. Todo esto podría llevar varios días.
-¿Qué le parece que el comisario de Energía de la UE compare la situación de Japón con el apocalipsis?
-Es un poco triste porque no necesitamos esos grandes adjetivos. Lo que tiene que hacer la Unión Europea es ayudar a Japón. Decir a esos niveles algo así no creo que ayude para nada a un mejor entendimiento de la situación a la población europea.
Alto nivel de riesgo
-¿En qué escala enmarcaría el accidente?
-En este momento muy probablemente es un 6 de 7. Aunque habría que ver los efectos de la radiación para concluirlo. Hay que ser prudentes y esperar que termine todo porque aún hay un riesgo de que pueda evolucionar en una dirección no positiva. No se ha alcanzado todavía un punto de control.
-¿Qué lecciones se extraen de esta catástrofe?
-Hay que revisar todos los criterios sísmicos porque este ha sido un terremoto mayor a lo que se preveía. Hay que reconsiderar igualmente los principios de localización de las plantas en función de otros fenónemos como los tsunamis, inundaciones e incendios. También se deben buscar sistemas alternativos que puedan garantizar la electricidad en situaciones de emergencia, asegurar el enfriamiento del reactor y evitar la acumulación de hidrógeno, que ha producido las explosiones.
-¿Deberían exigirse más requisitos para construir centrales nucleares?
-Muy probablemente como consecuencia de este accidente se llegue a esa conclusión. La central Fukushima estaba bien diseñada pero no estaba preparada para una catástrofe de este nivel. Aun así, es lo que mejor ha aguantado ante un tsunami de 17 metros de altura que ha barrido pueblos enteros.
-¿Cómo califica la medida de los Veintisiete de someter a pruebas extremas a sus 143 reactores?
-La UE no ha definido lo que son situaciones extremas. Por tanto, no sabemos a qué se está refiriendo. Lo que sí conocemos es que todos los organismos reguladores han empezado una revisión específica en cada una de las plantas atómicas, en función de las causas y efectos del accidente de Fukushima.
-¿Cree que las centrales europeas están en condiciones de resistir una catástrofe similar?
-Dudo que pudiesen soportar un tsunami de 17 metros. Ese análisis nunca se ha hecho y no se ha pensado. Sí están preparadas para grandes inundaciones y terremotos de niveles máximos. Para los mayores acontecimientos naturales que se han concebido sí están bien diseñadas. Pero hay que tener en cuenta que la naturaleza puede crear situaciones mucho más graves de las que imaginamos. Aún así, yo estaría tranquilo con la seguridad de las centrales europeas.
-¿Es necesario reabrir un nuevo debate sobre la energía atómica?
-Sería un error iniciar una discusión ahora. Hay que esperar a conocer bien todo lo que ha pasado en el accidente y las consecuencias finales para saber con exactitud qué implica Fukushima. No obstante, el debate tiene que existir. La energía nuclear necesita apoyo social y, si las personas no quieren tenerla, es mejor no producirla.
-¿Considera viable sustituir las centrales nucleares?
-No. En las próximas décadas no es posible. Se puede cerrar algún reactor, abrir otros nuevos, que no se construyan tantos como estaban previstos, pero es una energía indispensable en Europa y en el mundo. Estoy seguro de que va a continuar.