Zapatero incomoda al PP y enfurece a la izquierda
No acudirá a la Cumbre Iberoamericana para apuntalar mañana su plan en el Consejo de Ministros
PAULA DE LAS HERAS
Jueves, 2 de diciembre 2010, 09:16
Nuevo movimiento del Gobierno y nuevo acercamiento a los postulados liberales. Zapatero sacrificó ayer uno de los pocos símbolos socialdemócratas que aún conservaba su política económica -los 426 euros para parados que han agotado su prestación- en un nuevo intento de aumentar la credibilidad internacional de España y frenar el acoso de los mercados. La medida se engloba dentro un amplio paquete que se aprobará mañana.
El anuncio llegó, de manera inesperada, durante una pregunta de Mariano Rajoy en la sesión de control al Gobierno. No lo esperaba el PP, pero tampoco muchos socialistas. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, había expresado recientemente su deseo de que el programa extraordinario de protección por desempleo se prorrogara de nuevo. El PSOE, y en especial los líderes territoriales que en mayo se presentan a las urnas con expectativas nada halagüeñas, estaban de acuerdo. Pero Elena Salgado, no.
La letra pequeña de la nueva batería de medidas será presentada por el propio presidente. Zapatero ha suspendido, de hecho, un viaje a Bolivia y su participación en la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata -Argentina- para reforzar la imagen de que se toma muy en serio la situación y se mantiene al mando. El Gobierno está satisfecho con los primeros efectos de su golpe de timón y ya anticipa que mañana habrá alguna propuesta más.
Menos entusiasta se mostró el PP que, a todas luces, no esperaba un requiebro semejante. «Espero -soltó Zapatero irónico al concluir su intervención frente a Rajoy- que pueda contar con la aprobación de su señoría en esa actitud permanentemente constructiva que rezuman sus iniciativas cada día».
El líder de la oposición, que insistió en que el descrédito del Gobierno sólo se arregla con un anticipo electoral, recogió el guante y «celebró» que el presidente «agradeciera» las propuestas populares a las que hasta ahora no ha hecho caso. Pero, sobre todo, acusó a Zapatero de seguir «instalado en el bandazo» y advirtió de que lo se precisa no es el «enésimo» paquete de medidas, sino un «plan económico global para el crecimiento y la mejora de la competitividad». Más tarde, ya en Barcelona, señaló que Zapatero debe explicar «muy bien» por qué no va a la Cumbre Iberoamericana. Dijo que aunque la economía es muy importante, las relaciones con Iberoamérica son «una prioridad» y «ningún presidente ha faltado nunca a las cumbres». Su crítica contrastó con la opinión de su número dos, Dolores de Cospedal, que minutos antes consideró acertada la decisión presidencial.
Apoyo de CiU y el PNV
El portavoz económico de los populares, Cristóbal Montoro, abundó en las mismas ideas y declaró que las propuestas del Gobierno son «insuficientes». Lo cierto es que algunas de las medidas, como la reducción del Impuesto de Sociedades a determinadas pymes, había sido solicitada por el PP. Pero la formación sostiene que carece de sentido abordarla de manera aislada y que debería ir acompañada de otras iniciativas que ayuden al principal tejido empresarial del país a conseguir liquidez y crear empleo.
No fue el único que puso 'peros'. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, no echó las campanas al vuelo, pero prefirió ver el vaso medio lleno. «Aun no siendo suficientes, son positivas». Lo dijo con cautela porque los partidos catalanes esperan ver la letra pequeña de la privatización de El Prat para conocer el papel de la Generalitat. Pero su actuación distó mucho de la del PP. «Todos debemos hacer un esfuerzo por lanzar un mensaje positivo; España no es Irlanda».
El PNV no hizo una valoración pública, pero fuentes del grupo parlamentario aseguran que el anuncio de Zapatero fue «bien acogido», más aún, después de ver la respuesta de los mercados; lo que no implica, matizan, que no sea necesario seguir tomando medidas.
Quienes reaccionaron mal fueron las fuerzas de izquierda. El portavoz de ERC, Joan Ridao, sostuvo que la supresión de los 426 euros es «una nueva concesión a la sobreexcitación de los mercados» que dejará en situación precaria a más de 688.000 parados. Y Gaspar Llamazares (IU) auguró un «invierno caliente» contra unas medidas «improvisadas», que además de suponer un «ajuste antisocial», «malbaratan» la propiedad pública y concuerdan con una «agenda ultraconservadora inaceptable para cualquier dirigente de la izquierda».