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Donovan actuará en la sala BBK.
Concierto este jueves en bilbao

Donovan, a su aire

Fue una de las mayores estrellas de la segunda mitad de los 60, amigo de los Beatles y símbolo del ‘flower power’, pero decidió "desaparecer". Ahora repasa su carrera en Bilbao

CARLOS BENITO

Miércoles, 15 de mayo 2013, 07:24

Donovan tiene la costumbre de asomar la cabeza en lugares inesperados de la historia del rock, aunque, en buena medida, eso es consecuencia de que hubo una época en la que simplemente estaba en todas partes. Si repasamos anécdotas de manera un poco caótica, veremos que fue la primera estrella importante del pop británico detenida por posesión de cannabis, en 1966, y que a esas alturas ya estaba cantando sobre sus experiencias con el LSD, pero un año más tarde pedía a los jóvenes que se mantuviesen apartados de las drogas. Era tan popular como para aparecer en los dos primeros números de la revista Rolling Stone, con una entrevista dividida en dos entregas , y compartir la portada del número cuatro con Jimi Hendrix y Otis Redding. Fue amigo de Brian Jones y de los Beatles: formó parte del grupo que viajo a la India para conocer al gurú Maharishi dicen, de hecho, que fue el promotor de la famosa expedición y enseñó a Lennon y McCartney algunos estilos de guitarra de los que sacaron gran provecho. Por supuesto, aportó algún verso a la letra de Yellow Submarine. Pagó trece libras a Jimmy Page para que tocase la guitarra en Sunshine Superman y se ve que mantiene buena relación con él, porque hace dos años lo tuvo de invitado en su concierto del Royal Albert Hall. Y lo mismo nos lo encontramos cantando a dúo con Alice Cooper el exitazo Billion Dollar Babies que versionando su clásico Colours junto a Mocedades o dirigiendo el apartado musical de la Fundación David Lynch para la Paz Mundial y la Educación Basada en la Conciencia.

Donovan Phillips Leitch, que se reconoce un tipo poco convencional, fue uno de los protagonistas del tránsito hippy entre el folk y la psicodelia. Pero antes de aquello también tenía ya una leyenda que contar: nació en 1946 en Glasgow (el viernes pasado cumplió los 67) y muy pronto decidió que quería entregarse a la bohemia, una palabra que utiliza a menudo. El Donovan adolescente se dedicó a vagar por ahí en autostop, absorbiendo toda la cultura musical que pudo, incluidos el calipso o el flamenco, y tuvo un encuentro que trae a la memoria el cruce de caminos de Robert Johnson: un sujeto misterioso, al que llamaban Hugh el Sucio por su intenso olor corporal, le enseñó el martillo de carpintero, una técnica para tocar el banjo aplicada a la guitarra. «Me dijo: Si quieres aprenderla, te la enseñaré. Trae una botella de vino y encuéntrate conmigo en el cementerio mañana por la noche», relató el artista en una entrevista con Classic Rock Revisited, la misma en la que se definía, sin pudores, como «un gran guitarrista rítmico» gracias a maestros como aquel.

Donovan empezó poco después su carrera como artista de folk más o menos tradicional, pero en 1966, con veinte añitos, ya estaba grabando en Los Ángeles y combinando rock, jazz e instrumentos como la tabla o el sitar: el hombre al que habían catalogado apresuradamente como imitador de Bob Dylan, por el estilo de canciones tempranas como Catch The Wind, se había transformado en un apóstol del flower power que enlazó éxitos como Sunshine Superman, Mellow Yellow, There Is A Mountain, The Hurdy Gurdy Man o Jennifer Juniper. «En 1970 paré. Seis años de fama eran suficientes. Lo había hecho todo. Era algo extraordinario, no podías llegar a ser más famoso ni tener más éxito resume en una entrevista con New Renaissance. Fui muy yang en los 60 y me volví muy yin en los 70, y entonces encontré a Linda, mi musa, y nos casamos y tuvimos hijas (tienen dos, Astrella Celeste y Oriole Nebula). Hice nueve álbumes en los 70 pero no salí de gira. En los 80, desaparecí completamente». De su carrera posterior, se puede destacar Sutras, el disco que grabó en 1996 junto al productor Rick Rubin, en el que retomaba el estilo austero de sus comienzos y daba rienda suelta a su interés por la mística y la espiritualidad, uno de los ejes de su vida. «Considero ese álbum más como un producto para la salud, igual que compras hierbas, o aceites, o un vídeo de yoga. Ponte Sutras y podrás sentir la sanación». Hace unos días ha anunciado la edición a finales de este mes de Shadows Of Blue, un nuevo disco grabado en Nashville.

Vídeo: Colours en directo

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