La noche de las mujeres trabajadoras

Los escenarios de Bilbao no suelen ser precisamente paritarios: si repasamos la agenda de conciertos de la villa, tan rockista, nos solemos encontrar con una clara mayoría de músicos masculinos, que algunas semanas se vuelve abrumadora. Pero este viernes sucede algo extraordinario, una rara alineación de estrellas, con seis artistas femeninas interpretando sus canciones en cuatro recintos de la capital vizcaína. No está claro hasta qué punto se trata de una casualidad o de una manera de celebrar el Día Internacional de la Mujer, pero el caso es que provoca un efecto indeseado de la sobreabundancia: resulta imposible verlas a todas.

En el Bizkaia Aretoa, el edificio que tiene la UPV en Abandoibarra, se cerrará con una noche femenina el BizBAK Indie Festival, una interesante convocatoria repartida en tres jornadas de entrada gratuita, con tres artistas cada una. La de este viernes tiene como cabeza de cartel a la malagueña Anni B Sweet, una de las protagonistas del supuesto boom de cantautoras femeninas del que tanto se habló hace unos años. Ana López (así se llama en realidad, porque todas las artistas de las que vamos a hablar utilizan seudónimos o se enmarcan en el nombre de un proyecto) editó el año pasado su segundo álbum, Oh, Monsters!, donde el folk-pop de sus comienzos madura y se sofistica. «Va dedicado a todos los miedos que tengo, las letras hablan del tiempo, hacerse mayor, las inseguridades, la soledad y el sentirse muy pequeña ante estas situaciones. A todo eso lo he llamado monsters», explica. También estará en el BizBAK la eibarresa Maite Arroitahauregi, Mursego, que se ha hecho hueco como una de las referencias fundamentales de la música con vocación vanguardista en Euskadi. Maite, chelista de formación clásica, se dedica a crear bucles con las fuentes sonoras más heterogéneas (desde su instrumento original hasta un vaso de agua) y entrevera con ellos su propia voz. El cartel se completa con Aries, el nuevo proyecto de la bilbaína Isabel Fernández Reviriego, que antes pasó por las excelentes Electrobikinis y las todavía mejores Charades. Como Aries, practica una suerte de psicodelia enraizada en los 60, con melodías y arreglos que hacen que la realidad empiece a girar de repente.

Otra bilbaína, Ana Fernández-Villaverde, estará en el Kafe Antzokia presentando el tercer álbum de La Bien Querida. Se titula Ceremonia, ha ocupado un puesto destacado en buena parte de las listas de lo mejor de 2012 y podría entenderse como un giro en su sonido, si no fuese porque antes ya había dado muestras de una admirable desinhibición a la hora de envolver sus canciones. Ya en su disco de debut incluyó una pieza con arreglos tecno, así que el claro influjo de bandas como New Order en Ceremonia no puede pillar tan de sorpresa. De hecho, Ana y David Rodríguez, su pareja y el otro 50% del proyecto, son muy aficionados a citar influencias que poco tienen que ver con nuestra idea habitual de una cantautora pop, como Neu! o Spacemen 3.

Jane Joyd, que cantará en el Cotton Club dentro del circuito Girando Por Salas, es la coruñesa Elba Fernández, una artista gráfica que hizo una incursión en la música, ganó el concurso Proyecto Demo y acabó actuando en el Festival de Benicàssim. Tras unas primeras grabaciones con aire de tentativa, dio un paso de gigante con el mini-LP (o como se quiera llamar hoy en día una colección de cuatro canciones) que publicó el año pasado, titulado Shy Little Jane Presents: The Dramatic Tale Of Her Animals. Contiene cuatro composiciones dedicadas a animales, desde un pájaro enjaulado hasta un pez muerto, en las que su voz se impregna de soul y se rodea de una instrumentación de inesperada riqueza. Esta misma semana le ha dado continuación con un nuevo disco, esta vez de cinco cortes.

Pero no todo en el mundo se dedica al indie y similares. El Azkena recibe a La Húngara, una de las cantantes más populares de la escena rumbero-flamenca con arreglos modernos, heredera de artistas como El Fary o Los Chichos y emparentada estilísticamente con Camela, Niña Pastori o incluso Melendi, con quien grabó un dúo. Sonia Priego, que regentaba su propia academia de baile flamenco en Écija, acabó de vocalista por pura casualidad: la despedida de soltera de una prima la llevó a un karaoke de Sevilla, donde cantó Ese hombre, de Rocío Jurado, y el responsable del local vio su potencial y la puso en contacto con un productor amigo suyo. Su último disco es el recopilatorio de éxitos Todo tiene su fin, pero ya está trabajando en su siguiente lanzamiento y en el de su hija Laury, a quien le dicen La Hungarilla.

Vídeo: La Bien Querida - Arenas movedizas