La Diputación vizcaína, molesta con el BBVA por pagar menos impuestos
El banco reduce en 70 millones sus ingresos a la Hacienda foral por Sociedades al perder peso su negocio en el territorio
MANU ALVAREZ
Miércoles, 22 de octubre 2008, 09:44
La Diputación de Vizcaya está «molesta» con el BBVA como consecuencia de la notable rebaja que han experimentado las aportaciones del banco a la Hacienda foral. El Impuesto de Sociedades pagado por la entidad al fisco de este territorio ha sido este año inferior en 70 millones de euros al abonado en 2007, a pesar de que sus beneficios netos crecieron el último ejercicio en torno a un 30%. El grupo financiero, tras subrayar su «compromiso» con el País Vasco y que se mantiene como uno de los principales contribuyentes a las arcas públicas de la comunidad, atribuyó esas variaciones a«operaciones singulares».
Hacienda nunca habla de contribuyentes concretos, pero cuando hay «molestias» éstas acaban por trascender. El propio diputado general, José Luis Bilbao, hizo una velada referencia a este caso en el pleno de política general de Vizcaya, celebrado el pasado día 1. El responsable del PNV desveló ante las Juntas Generales que «un tercio del descenso previsto» en la recaudación del Impuesto de Sociedades de este año «se debe a una única empresa». Se refería al BBVA, según ha podido confirmar EL CORREO.
En el Ejecutivo foral se ha asentado la idea de que el banco, pese a tener su sede oficial en Bilbao, ya «no mima ni cuida» los intereses recaudatorios de las instituciones vascas. De acuerdo a lo previsto en el Concierto Económico, la entidad financiera, al realizar más del 25% de su negocio fuera de la comunidad autónoma, declara el Impuesto de Sociedades bajo la fórmula de «cifra relativa de negocios» y aplicando la legislación del Estado. Esto es: entrega a las haciendas vascas tan sólo una parte del tributo en una proporción que coincide con el peso de la actividad que desarrolla en Euskadi. El resto corresponde a la Administración central.
La expansión protagonizada por el BBVA en los últimos ejercicios, en los que ha aumentado de forma notable su presencia exterior, ha reducido paralelamente el peso del País Vasco en su volumen de negocios total. Según algunas estimaciones, hace aproximadamente tres años Vizcaya representaba en torno a un 10% de los ingresos del grupo, mientras que en el último año apenas ha llegado al 5%.
«Fuerte arraigo»
La legislación permite siempre un amplio margen de discrecionalidad a la hora de cumplir con los requisitos que se exigen. Así, de que el BBVA residencie formalmente sus operaciones en Bilbao o lo haga en Madrid se derivará un destino diferente en el pago de sus impuestos. Algo tan simple como fechar el documento de una emisión de bonos en uno u otro sitio -una simple línea en un papel-, hace que las haciendas vascas se hagan con una porción mayor o menor de la tarta fiscal.
Fuentes del BBVA consultadas por este periódico defienden la idea de que no se puede considerar sólo la aportación del Impuesto de Sociedades, sino que hay que analizar el conjunto de impuestos que paga. Los mismos medios subrayan que la entidad sigue siendo «uno de los principales contribuyentes» del fisco vizcaíno, «como se corresponde con el fuerte arraigo y compromiso del banco con Bilbao y con el País Vasco». Se refieren con ello al hecho de que, por ejemplo, es la Hacienda de Vizcaya la que recibe de forma íntegra el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, el que se abona en las ampliaciones de capital. En 2006 pagó 30 millones de euros por este concepto a las arcas vizcaínas.
Expertos en el funcionamiento de la Hacienda foral apuntan que en los últimos años se ha «deteriorado y enfriado» la relación entre los responsables políticos de la Diputación y los máximos directivos del BBVA. Un hecho que, a su juicio, ha contribuido a que haya también menos 'cocina' fiscal en el seno del banco para favorecer los ingresos en la Hacienda vasca mediante el desplazamiento nominal de algunas operaciones hacia Euskadi. La práctica totalidad de las operaciones corporativas se hace ya desde Madrid y, según las mismas fuentes, «se ha perdido el lazo emocional que antes llevaba al banco a residenciarlas en Bilbao».