Piden la declaración BIC para seis elementos del patrimonio mirandés

El listado en el que se recogen los ocho elementos mirandeses catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) se queda muy corto para Miranda Puede, que echa en falta la inclusión de lugares y puntos que vertebran la historia de la ciudad, pero que carecen de protección patrimonial por no disponer de ese reconocimiento oficial que, a través de una moción a Pleno, quieren que el Ayuntamiento exija a la Junta de Castilla León, siguiendo la senda por la que la administración regional reconoció como BIC el Casco Histórico en 2008.

Seis son los espacios sobre los que la formación política quiere que se mejore su protección. Uno de ellos, el yacimiento arqueológico de Arce Mirapérez, para el que no es la primera vez que se reclama esta catalogación. La última en 2001, cuando una mirandesa, a título particular, llevó a cabo una recogida de firmas que diera respaldo social a una demanda que ya se había formulado con anterioridad por parte de historiadores. De hecho, solo un año antes la Real Academia de la Historia emitió un informe solicitando la preservación de Deóbriga frente a las obras del vial de Ircio que, finalmente, se acabó elevando sobre unos restos que se remontan entre el siglo II a. c. y II d.c.

Pero ése no es el único asentamiento que quieren asegurar. En su petición también se incluye el yacimiento de Cabriana, perteneciente al Bajo Imperio Romano y que ocupa una zona en la que tiempo atrás ya se realizaron dos excavaciones que pusieron a la vista una villa agrícola. Todo oculto ahora bajo unas tierras de labor.

El resto de los elementos a preservar se encuentran dentro del casco urbano. Uno de ellos, las Tenerías descubiertas hace unos años al llevarse a cabo la demolición de varios edificios en una zona destinada a albergar el futuro museo de la ciudad. «Sabemos que desde finales del siglo XIV hasta comienzos del XX estuvieron funcionando constantemente hasta 6 instalaciones fabriles», explicó la concejala de Miranda Puede, Esperanza Muñoz, al tiempo que incidió en «la escasez de restos» de este tipo de construcción que hay en la región, lo que, en su opinión, aumenta el interés de las de Miranda.

El listado de construcciones a considerar BIC incluye la muralla de la ciudad y las manguardias del Ebro, levantadas para prevenir las avenidas del río. Un elemento éste último que se conserva en «buenas condiciones». Algo que no ocurre en el caso de los muros perimetrales de Allende, donde han desaparecido. En Aquende «se conservan prácticamente intactas en todo su recorrido por las calles Oroncillo y Tenerías, ya que sobre ellas se construían las propias viviendas».

Pero el riesgo sobre estos elementos es inminente. Su «desaparición» puede avanzar cuando «se derriben otra serie de inmuebles que tienen autorizada su demolición». Así que con la moción buscan también que esas construcciones no se eliminen por completo.

El listado se cierra pidiendo la inclusión de los molinos comunales. Unas estructuras que dejaron de funcionar en la primera mitad del siglo XX y que desde entonces «han sufrido un grave deterioro». Y aunque la formación tiene claro que la actual situación económica «no permite realizar grandes inversiones», sí creen que es posible llevar a cabo acciones para «frenar su deterioro» sin que ello suponga un elevado coste para las arcas municipales. Máxime teniendo en cuenta que es un dinero que puede revertir en la ciudad en forma de turismo.