El parking de la estación tendrá un uso limitado de dos horas de lunes a sábado

El aparcamiento de la estación de autobuses improvisará una fórmula de utilización semirestringida que se aplicará por primera vez en Miranda. El anunciado uso libre y gratuito para un espacio que lleva casi dos años con la puerta cerrada, no será total durante seis días a la semana y a lo largo de doce horas por jornada, en los que se impondrá un tiempo de permanencia máximo del vehículo que no podrá rebasar las dos. La regulación, avanzada por Alcaldía, se trasladará formalmente a la empresa concesionaria de la intermodal, Autocares del Zadorra, en una reunión que todavía no se ha producido. No obstante se mantiene la intención de abrir la valla de la instalación de Ronda del Ferrocarril a principios de agosto, cuando se instale la señalización específica.

«La idea es que el parking sea libre, pero controlado», sintetizó el alcalde, Fernando Campo. De lunes a sábado, los ciudadanos podrán estacionar su vehículo entre las diez de la mañana y las diez de la noche. «Durante las noches será libre y también los domingo», se recalca. Con este punto de partida, quedarían pendientes de definir los distintos instrumentos de control. Y es ahí donde la fórmula se revela al menos, en este momento como una especie de ensayo.

Porque teniendo en cuenta que un vehículo no podrá permanecer más de 120 minutos ocupando cualquiera de las 54 plazas disponibles, se exigirá una vigilancia que, en un primer momento, correrá a cargo de los agentes de la guardia urbana. Que en adelante se opte por algún tipo de sistema de acceso electrónico es algo que, hoy por hoy, no se plantea. «La Policía Local está estudiando las medidas de control», se insiste. Aunque es previsible que, al menos durante las primeras semanas e incluso meses también en ese aspecto existe indefinición, éstas tengan un carácter puramente aleatorio.

La patrulla que se encuentre en la zona a partir de las diez de la mañana se encargaría de anotar las matrículas de todos o la mayoría de los coches que estén estacionados y, en una siguiente ronda, dos horas más tarde, comprobaría si se ha abandonado el parking y, por tanto, si se garantiza la rotación que parece querer buscarse desde la Concejalía de seguridad Ciudadana.

Con una señal «muy visible» en el acceso al recinto se garantizaría que, de no respetarse el horario, el conductor ya sería consciente de estar cometiendo una infracción. Pero tampoco se concreta formaría parte del plan que se está definiendo en la central de la Policía Local, el carácter de la sanción a la que podrían llegar a enfrentarse los infractores.

La novedad de la fórmula (se insiste, para un espacio con vallado perimetral y de titularidad municipal) no tiene hoy una traslación concreta en las ordenanzas municipales. La referencia más cercana estaría en la tabla de sanciones que existe para la zona azul, también restringida y que, al igual que sucede con el parking, no permite un estacionamiento que se prolongue más allá de las dos horas. Las máquinas que emiten los tickets, de hecho, tienen fijado electrónicamente ese máximo aún cuando el usuario intente comprar más tiempo.

1.590 metros cuadrados

La señal se ha encargado ya a una empresa especializada de Barcelona y se espera disponer de ella «pronto». A partir de ese momento, los de 1.590,6 metros cuadrados de aparcamiento ya quedarían a disposición de los conductores.

No obstante, el responsable municipal, insiste en que previamente mantendrá un encuentro con José Ignacio Barredo, responsable de las compañías de autobuses Barredo y Zadorra, y gestor directo de la estación, para concretar los términos de la reversión del parking. Porque este formó parte del lote (junto con los locales comerciales) por los que pujó la compañía para asumir el control de la intermodal durante 20 años.

El elevado número de estacionamientos disponibles en ese entorno los informes que maneja el Ayuntamiento hacen referencia a una media de 400 plazas libres cada día entre la ampliación de Ronda y la carretera de Logroño, han hecho que la instalación no sea rentable en estos momentos para empresas que asumen este tipo de servicios. La gestora de la ORA en Miranda recibió la propuesta y la rechazó. Y lo mismo sucedió con Valoriza, que desde hace año y medio se encarga de la vigilancia de la zona azul en la vecina localidad de Haro.