Campo confía ahora en que el Apolo pueda inaugurarse «antes de acabar la legislatura»

Primero fueron las dificultades para trazar un proyecto de rehabilitación que le permitiera ganar aforo sus algo más de 470 butacas se quedan hoy escasas para muchos; luego fue necesaria una línea de financiación cerrada que cubriera los más de 6 millones de euros que se requerían de inversión; llegó después un convenio nunca firmado con Valladolid que obligó al Ayuntamiento a cargar con la aportación que correspondía a la Junta apareció el fantasma de la paralización de las obras. Y ahora no se sabe cuándo levantará el telón.

La incertidumbre que ha rodeado siempre al TeatroSalónApolo parece que se mantendrá hasta el último momento. El problema hoy es que ni siquiera se sabe cuándo será ese último momento. Hace apenas una semana ELCORREO adelantaba que la apertura del emblemático edificio del Centro Histórico de Miranda ya no iba a ser posible en octubre. Fernando Campo, remiso a dar plazos en distintas comparecencias ante los medios de comunicación, reconocía en una de sus respuestas de la sección El Ayuntamiento Responde de este periódico que «no será posible» el estreno en la que había sido su última fecha elegida del calendario. Antes había apostado por el 24 de junio. No se llegó a tiempo.

Durante meses se inclinó por buscar la coincidencia con el día en el que se abrió al público el edificio primigenio (4 de octubre de 1920). Ayer, directamente, habló de un deseo. Ni tan siquiera fue una estimación:«La apertura se va a retrasar. Y bastante, posiblemente. Espero que antes de que finalice la legislatura lo inauguremos». Cuando se le cuestionó si la espera podría llegar hasta 2015 zanjó:«No lo sé, no voy a entrar en fechas. Cada vez que doy una fecha, me dan una sorpresa con temas que no controlo yo.Si lo controlaría yo».

Y es que el responsable local sitúa la razón principal de la demora en trabajos pendientes de realizar por la adjudicataria de la obra, Copcisa, contratada directamente por el Ministerio de Fomento. Explicó que el proceso administrativo para la entrega del edificio «está desbloqueado».

800.000 euros

Hizo referencia a una reunión en Madrid a la que acudió hace diez días para desatascar la situación. «La empresa nos entregará el edificio, pero antes tiene que realizar obras que están sin terminar y que están (contempladas) en el acuerdo de adjudicación». Se trataría de actuaciones menores, de remates y rebajes en los accesos. «No son muchas (las obras) pero para lo que nos está costando...»El pasado febrero se liquidó la última certificación, de más de 800.000 euros. «Lo que está claro incidió el alcalde es que yo no voy a asumir ningún edificio que no cumpla las condiciones del contrato con el que se ha adjudicado. En ese tema voy a ser absolutamente riguroso y así lo he planteado». Cerrado desde, al menos, el pasado abril, se detectan también algunos daños en las zonas acristaladas. Es el caso de la entrada a través de la calle La Cruz, donde ya hay un panel fragmentado.

No achacó toda la responsabilidad a la empresa que se ha encargado de ejecutar el proyecto, y que mantiene aún a dos técnicos en Miranda. «Puesto que no está hecha aún la liquidación, tendrán que hacer (las obras) antes de que nos la entregue. Pero ahí han ocurrido otros temas». No entró en detalles. Pero sí aludió a la relación entre el Ministerio de Fomento y Copcisa.

Realizadas las reparaciones (o coincidiendo con ellas) los técnicos municipales darían acceso a las empresas contratadas para la instalación de las butacas que han costado 87.232 euros así como la tarima del escenario. La colocación de las primeras será también posible después de que se haya validado plenamente la compra a efectos puramente administrativos. Algo que acaba de suceder, ya que esta misma semana la Junta de GobiernoLocal ha desestimado el recurso de reposición que presentó la Sociedad de Obreros de Ezcaray contra la adjudicación a Ascender del suministro de los asientos.

Campo no dio fechas en relación al inicio de los trabajos de pavimentación en el perímetro del teatro; en las calles San Juan, La Cruz y la plaza de Santa María. Hay 60.000 euros en los presupuestos que tienen como objetivo reforzar el firme de esas zonas para que soporten mejor en el tiempo el impacto de vehículos de gran tonelaje así como la carga y descarga del material escénico necesario.

«Perjuicios ninguno, cuando se abra (el teatro) habrá beneficios para todos los ciudadanos», apostilló el regidor, a regañadientes, «porque lo lógico hubiera sido abrir en octubre;hubiera sido mejor». Pero el pendiente lo hace inviable.

Porque aún están sin definir las fórmulas de financiación de las que serían segunda y tercera fase del equipamiento:la iluminación (requeriría alrededor de 78.000 euros más); y los elementos complementarios claves en las representaciones (torreón de tramoya, juegos de poleas, etcétera). En este último caso el desembolso que se estima necesario rondaría los 450.000 euros.