Las txosnas de los 'Ochomayos' de Orduña carecen de toma de agua

Durante los Ochomayos la Foru Plaza se convierte en el corazón de la fiesta de día y de noche. Los actos festivos inundan el recinto y también las cuatro txosnas autorizadas por el Ayuntamiento de Orduña y que han desatado la polémica entre hosteleros y vecinos tras comprobar que incumplen la normativa municipal aprobada en enero del año pasado al carecer de toma de agua potable y desagüe. Según denuncian, «ninguna tiene ni tan siquiera fregadero e incluso se les puede ver cómo cogen agua del pilón para la limpieza de las instalaciones». Una circunstancia que confirman desde el Ayuntamiento, que reconoce que «hace dos años intentamos buscar una solución para traer agua a las txosnas, pero la obra era muy costosa y se decidió no llevarla adelante. Solo una de las instalaciones festivas ofrece talo con chorizo, por lo que no es necesaria el agua, además utilizan material reciclable». Las mismas fuentes subrayan que todas la casetas festivas han dado de alta la electricidad y que pagan una fianza cada una de 300 euros por si se produjeran desperfectos. También explican que, aunque no pagan por ocupar el espacio en la Foru Plaza, financian la animación callejera que amenizará mañana las fiestas.

Pero las protestas de los vecinos y hosteleros orduñeses no terminan ahí. Según critican, la decisión de instalarlas en la Foru Plaza se tomó hace cuatro años pero «con la condición de que era una decisión temporal solo para un año». Ante las críticas el concejal de Cultura, Eriz Pérez, destaca «la labor y el trabajo de las asociaciones responsables de las txosnas, organizando de forma gratuita muchas de las actividades del programa festivo y como impulsores de la propia comisión de fiestas».

Lonjas y decibelios

Hasta la llegada de EH Bildu al Ejecutivo local las asociaciones locales solo podían aprovechaban las lonjas sin actividad para instalar sus espacios festivos cuya regulación también se especifica en la normativa municipal. Por ejemplo, las lonjas no pueden sacar al exterior altavoces y los niveles de ambientación musical en ningún caso podrán sobrepasar los 80 decibelios. La escuela pública es la única organización que este año aprovecha estos espacios cerrados, mientras en la txosnas se han instalado las asociaciones Gaztetxea, la asociación de grupos de música locales Colectivo Liborio, Bihotza Konpartsa y un medio de comunicación en euskera.