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Urgen a la Diputación a controlar la proliferación de la cabra salvaje

La Federación vasca de Azpigorri asegura que hace estragos en la recuperación de la raza autóctona, que se exhibirá el domingo en Mañaria

Manuela díaz

Viernes, 20 de mayo 2016, 00:27

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La orografía vizcaína, salpicada de altos y montes, la convierten en el hábitat idóneo para las cabras. Solo en Bizkaia cientos de estos rumiantes silvestres, según la Federación vasca de Azpigorri creada en 2013, moran a sus anchas por sus montes, principalmente en el Gorbea. Pero lo que para unos es reflejo de la naturaleza indómita y naif, para otros es un peligro para sus explotaciones ganaderas y agrarias. «Destrozan las plantaciones y son una traba enorme para el trabajo que estamos desarrollando en la recuperación de la raza azpigorri, la única cabra vasca autóctona que además continúa en peligro de extinción», subrayó su presidente, Beñat Olazabalaga.

Este veterinario y ganadero de Dima ve cada año como las cabras salvajes se cuelan en los rebaños y hacen estragos en el trabajo que desde hace cerca de dos décadas realizan para la recuperación de la azpigorri. «No solo provocan problemas sanitarios, ya que no están vacunadas, sino que una vez que se mezclan, las crías pierden su docilidad y muchos de los rasgos de la azpigorri, lo que supone un paso atrás para sacar adelante esta raza», matiza.

Olazabalaga asegura que en apenas cinco años las cabras salvajes logran hacer un rebaño de un centenar de ejemplares y que el Gorbea es sin duda uno de los montes más afectados. Con la crisis, la Diputación ha descuidado esta problemática y «en estos momentos es necesaria» su intervención dada la proliferación de estos animales en la zona. «Le hemos pedido que se movilice porque comienza a ser un problema importante y parece que va a empezar a hacer algo», adelantó. Unos trabajos que deben hacerse en invierno cuando los caseros recogen a sus animales y en el monte solo quedan los ejemplares salvajes.

La Federación vasca se creó hace tres años para la protección de especies en peligro de extinción. Hoy en día cuenta con medio centenar de socios, más de la mitad vizcaínos, y cerca de 1.500 cabezas. Bizkaia con 974 ejemplares y 25 socios es el bastión de esta raza no solo por su orografía sinopor el alto número de pequeñas explotaciones que «cada vez más apuestan por la labor de limpieza de las cabras».

La Federación, en colaboración con el Ayuntamiento de Mañaria, organiza este domingo el primer concurso monográfico de la raza con el objeto de dar un salto cualitativo a la exposición de azpigorris que desde hace dos décadas viene realizándose. Se trata, puntualizó Olazabalaga, de poner en valor un animal en peligro de extinción, autóctono, y con un gran potencial tanto cárnico como «desbrozador». «Es una especie ramoneadora, que como mucho arbusto y minimiza el riesgo de incendios, además de mantener los montes limpios. De hecho, se han exportado ejemplares a Zamora».

Primer concurso

El primer concurso se organiza a las puertas de que se apruebe el nuevo prototipo de estándar racial que define una cabra de tripa roja; capa negra con degradaciones en rojo desde el nacimiento del cuerno; extremidades, parte interior del rabo y borde externo de las orejas también en rojo, además de cuerno firme y orejas cortas, entre otros aspectos.

A la cita que arrancará a las diez de la mañana acudirán más de un centenar de ejemplares de más de una quincena de ganaderos vascos. Se premiará al mejor lote, mejor cabra y mejor chivo. Los animales se exhibirán junto a la plaza donde se organiza la feria agrícola que reunirá a una veintena de productores de Euskal Herria. También habrá degustación de pollo de caserío y talleres para niños en el frontón.

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