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Pilotos de F1, en rueda de prensa.
El 'gran circo' vuelve a casa
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El 'gran circo' vuelve a casa

Todas las miradas en Montmeló están puestas en los ídolos locales Fernando Alonso y Carlos Sainz

David Sánchez de castro

Jueves, 12 de mayo 2016, 20:31

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El circuito de Montmeló acoge este fin de semana el quinto gran premio de la temporada, y hay muchos frentes abiertos. Por arriba, la lucha entre los Mercedes, con un Nico Rosberg de dulce y un Lewis Hamilton encendido, asegura espectáculo. Si el alemán gana, al británico no va a haber nadie que le calme. Si es el vigente campeón quien se lleva la gloria, Mónaco (donde Rosberg ha ganado las dos últimas temporadas) puede convertirse automáticamente en una encarnizada batalla por el liderato del equipo líder.

Detrás de los Mercedes, Ferrari quiere recuperar el pulso perdido. En la escuadra italiana, con rumores de cambios en la cúpula, necesitan un buen resultado para mantenerse como los candidatos a las migajas que deje Mercedes. Red Bull, que estrena alineación, y Williams, serán sus principales enemigos. Y por detrás, McLaren buscará repetir la hazaña de Rusia: conseguir puntuar con sus dos coches. Fernando Alonso, que este jueves confesó que la afición española le estresa a veces, afirma que en este momento están creciendo para mantenerse entre los puntos. «El coche está mejorando. Somos más competitivos en cada carrera y creo que los siguientes grandes premios serán buenos para nosotros», promete el asturiano.

En la FIA, muy de vez en cuando, muestran un sentido del espectáculo fuera de toda duda. Para la rueda de prensa oficial previa al Gran Premio de España juntaron a Alonso, Hamilton, Kvyat, Verstappen y Sainz, además de a un Kevin Magnussen que ejerció de perfecta comparsa en una comparecencia llena de morbo. El cambio de pilotos entre Red Bull y Toro Rosso con Max Verstappen y Daniil Kvyat ha sido y será la gran comidilla en el paddock de Barcelona. El joven piloto holandés tendrá la oportunidad -y la responsabilidad- de demostrar que realmente es tan bueno como se le presupone. Su innegable talento -sus actuaciones en Toro Rosso le avalan- va a explotar tarde o temprano, y Barcelona es un escenario perfecto para que pueda habituarse a un coche presumiblemente superior al que ha conducido hasta el momento. Montmeló es para él, como para todos los pilotos, el escenario que más conoce. En el asfalto catalán es donde más vueltas han podido rodar a lo largo del año gracias a los test de pretemporada, y por ello los fallos son mirados con lupa: no es lógico cometer un error en un circuito donde han dado más de 300 vueltas antes de llegar al gran premio.

Verstappen compareció en la rueda de prensa con los nuevos colores que lucirá el resto de la temporada, acompañado por un Kvyat que se siente como el niño al que el profesor ha castigado porque le cuesta saberse la tabla del 7. El piloto ruso está pasando sus días más difíciles en Fórmula 1, y sólo una excelsa actuación en Toro Rosso le puede salvar. Kvyat confesó cómo se enteró de lo ocurrido. «Estaba en mi casa de Moscú viendo una serie de televisión cuando recibí la llamada del doctor Marko (responsable deportivo de Red Bull) para explicarme la decisión, cuyos detalles me guardo para mí. Tras 20 minutos de conversación, colgué, volví al sofá y seguí viendo el episodio. ¿Qué serie era? Juego de Tronos», dijo, en el único momento en el que se permitió una sonrisa ante los medios.

Por su parte, Carlos Sainz sólo puede esperar su oportunidad. En un evento publicitario en las jornadas previas, no dudó en decir que él está a la altura de Verstappen, dejando caer que no entiende muy bien la decisión de sus jefes. Al madrileño le ha tocado el camino largo hacia el éxito, pero es consciente de que también a él le llegará la oportunidad de ponerse a los mandos de un monoplaza potencialmente ganador.

Sainz se muerde la lengua a la hora de analizar el cambio de compañero. Sus elocuentes segundos de silencio cuando le preguntaban en Movistar+ dicen más que la frase con la que respondió. «A Toro Rosso y a mí personalmente nos puede venir bien», dijo al respecto, pero no por la salida de Verstappen, sino porque recordaba que a Kvyat le conoce desde que tenía 12 años y han compartido pista desde siempre. También admitió que ahora las cosas en Toro Rosso están más calmadas, no sólo por la salida del piloto holandés, sino por los cambios internos que han dejado fuera, entre otros, al español Xevi Pujolar, que era el ingeniero de pista del ya excompañero. «Ahora se ve el ambiente más calmado, la gente más refrescada. Se ve que hay motivación y ganas, y vamos a ver cómo se traslada a pista», destacó.

El primer GP sin el Maese Castellá

Este fin de semana será especialmente doloroso entre la prensa automovilística desplazada al Gran Premio de España. Esta semana fallecía Carlos Castellá, uno de los más respetados y reconocidos periodistas españoles dedicados al automovilismo deportivo en todas sus facetas. Comentarista, narrador, colaborador de diversos medios especializados, a Maese, como se le conocía, le venció un cáncer contra el que llevaba peleando un tiempo y que no le impidió seguir el inicio de la temporada de Fórmula 1 y el arranque de su amado DTM, el campeonato alemán de turismos en el que se movía como pez en el agua.

Su ausencia en el Circuit de Barcelona-Catalunya será bien notable, y son muchos los compañeros y amigos que se acercarán este viernes a su entierro para darle un último adiós. Maestro de jóvenes periodistas, con quien le encantaba compartir un rato y transmitir enseñanzas, Castellá dejó una huella imborrable entre los miembros del paddock, y por ello se ha planteado un homenaje: renombrar la sala de prensa de Montmeló como Sala Carlos Castellá en su honor.

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