«Tememos que la tragedia se repita en cualquier momento»
Los vecinos de Zorroza dicen sentirse conmocionados e inseguros por el mal estado de las viviendas, como la que ayer se incendió causando cuatro muertos. Al temor, se le une la inquietud por la evolución de los heridos, dos de ellos graves
erlantz gude
Domingo, 28 de mayo 2017, 13:07
Conmoción. Es probablemente el término que mejor define el sentir hoy en La Landa, en Zorroza. Los vecinos han amanecido rotos de dolor por el terrible incendio que ayer se cobró la vida de un joven matrimonio -Joaquín Jiménez Pinto y Rocío Jiménez, Jiménez, de 23 y 20 años- y sus dos hijos de 2 y 3 años, además de causar una veintena de heridos, dos de ellos muy graves. La Policía seguía desplegada en la zona y los numerosos vecinos, abatidos, formaban corrillos en los que la tragedia era el principal tema de conversación.
Pero el barrio se vía desangelado, semivacío, ya que numerosos familiares se congregaron a las puertas de los centros médicos de Cruces, Basurto y San Eloy, a la espera de las noticias de la evolución de los heridos -hay cinco personas ingresadas, después de que hoy hayan dado se alta a un niño de 10 años-. Especialmente concurrida está la explanada de Cruces, donde se encuentran los dos heridos con peor pronóstico. Se trata de un matrimonio, padres de Joaquín y abuelos de los pequeños fallecidos, que permanecen en la Unidad de Grandes Quemados: ella con quemaduras en el 60% de su cuerpo, él en el 30%.
Los que están en Zorroza también esperan noticias, y una solución para el barrio. Francisca es una de las tres personas de edad avanzada reconocidas como representantes de su comunidad en La Landa y esta mañana confesaba el miedo que siente ella y sienten todos. «No he podido dormir por temor a ocurra lo mismo. Mi hija se ha ido a pasar la noche con sus siete hijos a Rekalde. Yo me he quedado con otra hija y su niño de nueve meses, pero con mucha inseguridad». Al margen del evidente estado de deterioro del inmueble, señalaba en el interior del portal la instalación eléctrica: «Es de obra, la misma que tenía el edificio que ha ardido», insistía, aunque ayer el alcalde Juan María Aburto aseguró que esta se encontraba en buen estado.
«Ausencias» en el mercadillo de Bolueta
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Purificación Jiménez atendía esta triste mañana su puesto en el mercadillo de Bolueta, tras haber pasado la noche en vela por la terrible notica del incendio. Dice conocer bien a los afectados y haber acudido el día anterior a brindarles su apoyo. En su opinión, urge una intervención urbanística en La Landa para que no se repitan tragedias como la del sábado. Su sobrino, Carlos Muza, compartía dolor. «La notica me puso los pelos de punta» y dice que tuvo constancia de la misma en el mercadillo de Portugalete. Ayer se notaba un descenso en la afluencia de vendedores a Bolueta. «Faltan muchas víctimas y allegados, también ayer en Algorta». Sobre la posibilidad de haber suspendido el mercadillo de ayer, tía y sobrino coincidían en que «no hay una asamblea, aquí cada uno vende con su puesto, y tenemos que ganarlos la vida, aunque, en cuanto acabemos, nos acercaremos a Cruces». Varias de las personas que trabajaban esta mañana en el mercadillo del barrio bilbaíno señalaron que, pese a no tener vínculos familiares con las víctimas, las respaldarán en el velatorio «Los gitanos somos una gran familia»
Al margen de la causa que provocó las llamas, el colectivo vecinal reclama una inmediata regeneración del barrio. «Son viviendas centenarias, en mal estado», explica Jon Ander Romo, un joven de 30 años que se ha criado en estas calles: «Ya hace treinta años nuestro edificio sufrió problemas serios en la fachada». Y José Jiménez añadía que incluso cuando hace mucho viento se sienten «inseguros». Por eso los vecinos reclaman «ayuda o un realojo». Porque en estas condiciones no van a aguantar mucho más. «Antes desplegaremos tiendas de campaña por la explanada del barrio».
Para esta zona de Zorroza está previsto un plan de rehabilitación integral. De hecho el inmueble calcinado, situado en el número 7 de la calle Barinaga, se iba a derribar en unos meses, una vez se hubiera realizado la expropiación, cuyos trámites ya habían comenzado.
«Es como lo ves por la tele»
El otro reproche repetido por parte de los vecinos es que los bomberos tardaron en llegar y José Jiménez, otro de los representantes de los vecinos adelantaba que hoy iba a tratar este asunto con el Consistorio. El sábado, el jefe de guardia que coordinó la extinción del fuego y el rescate de las víctimas, recalcó que apenas tardaron ochos minutos en desplazar a 17 efectivos en cuatro vehículos. Cuando llegaron ya había varios vehículos policiales y «seis o siete» ambulancias. Al verse sorprendidos por el fuego numerosos inquilinos del edificio afectado por las llamas saltaron por las ventanas y se vivieron escenas de tremenda tensión durante el rescate, como el momento en el que los bomberos sacaron a un niño de unos 11 años accediendo por el tejado, roto con la fuerza del agua. Hoy también estaban en la zona algunos bomberos de Bilbao. Ya que uno de los mandos que intervino en el operativo de ayer explicaba a otros compañeros los pormenores del rescate.
Cuentan los residentes que no van a poder olvidar las terroríficas imágenes. «Fue horrible», define Abraham Contreras: «Es como lo ves en la tele, veías gente saltar desde las ventanas, la gente se la jugaba con tal de escapar del fuego». José Jiménez recordaba que además del colchón que alguno de los inquilinos atrapados en la casa lanzó al vacío, los vecinos también sacaron los suyos para amortiguar los saltos de la gente que huía. Con todo, y pese a la aparente poca altura del edificio, de dos alturas además del bajo, se produjeron múltiples fracturas.
Todos los vecinos tenían una vivencia de ayer y Txetxu Rojo, relataba que estaba directamente vinculado con Joaquín, el joven fallecido, ya que fue su profesor en la escuela de Primaria en la que trabaja. «Hay tristeza y cabreo», sostenía, al tiempo que recordaba a la víctima como un alumno que «en la línea de tantos gitanos, acuden durante un tiempo determinado a recibir una formación básica». Posteriormente Joaquín se dedicó a la venta ambulante.
Por parte de Rocío, la esposa de Joaquín han llegado a Zorroza numerosos familiares de Avilés, de donde era la fallecida: «Dios nos pone a prueba».