La lluvia no faltó a la fiesta
El Día del Blusa tuvo de todo: carrera de burros, mercado de ajos y hasta feria de ganado tras dos años de ausencia
M. REGO ,
Martes, 26 de julio 2011, 13:42
A ver si el estreno del jueves 4 nos sale mejor que el ensayo de las fiestas. Esto es lo que debió pensar ayer más de uno al comprobar la desapacible mañana que se despertó el día de Santiago. Al aperitivo de La Blanca no le faltó ninguno de sus ingredientes tradicionales aunque, para gusto de muchos, le sobró uno:la fina lluvia que cayó sobre la ciudad hasta casi entrado el mediodía. Pero el sirimiri no pudo con el espíritu blusa y neska, que incluso logró que el sol hiciera acto de presencia tras la hora de comer. Así es el poder de las cuadrillas. Paraguas en mano por si acaso y baldosas traicioneras de esas que pisas y te salpican cual atracción de parque acuático por el camino, Vitoria volvió a echarse a la calle un 25 de julio más para abrir el apetito juerguista.
La hora de salida varió en función del estado del cuerpo de cada uno porque la fiesta, en realidad, había empezado la noche anterior. Los más madrugadores acudieron puntuales a la misa de ocho en honor a los blusas, donde la coral Manuel Iradier puso banda sonora a la ceremonia. Mientras, otro tipo de cánticos mucho más paganos se escuchaban también, con y sin acompañamiento de charanga, desde primera hora en las cercanías de la Virgen Blanca, aunque con un tono algo más apagado. Consecuencias de sumar cerca de 24 horas sin pasar por la cama... «Y lo que nos queda», advertían. Pero el cansancio no pudo con estos blusas empeñados en entonar éxitos de veranos pasados y fue fácil distinguir a varios de ellos entre los puestos del mercado de ajos que se extendía por la cuesta de San Francisco y Portal del Rey y cuyos vendedores comprobaban, un verano más, que había «más mirones que compradores». Los precios, defendían, «no son excusa»:la ristra, entre 12 y 20 euros.
Protagonistas de 4 patas
Pero más barato en concreto, gratis salía acercarse a otro de los puntos calientes del día de Santiago:la carrera de burros. El héroe animal de la jornada fue Ferrari, un asno montado por un blusa de Zintzarri, a modo Fernando Alonso, que no quiso repetir el puesto logrado este fin de semana por la escudería italiana el piloto asturiano quedó segundo en Alemania y prefirió saborear la primera posición en la prueba vitoriana, que dominó con claridad. «Es que con ese nombre... estaba cantado», comentaban entre risas los asistentes.
A los animales, protagonistas de gran parte de la agenda de ayer, se les reservó también otros espacios. Las vaquillas, por ejemplo, dieron un revolcón a más de un aficionado, aunque seguramente no sería la única marca que se llevaron de la jornada festiva. Yen la zona del campus universitario, se recuperó la feria de ganado celebrada hasta 2008 en las inmediaciones de Zurbano tras dos años de ausencia por el boicot de los ganaderos a la Diputación alavesa. En las cuadrillas más jóvenes, sin embargo, optaban por quedarse más cerca. «Entre Postas y Dato tenemos toda la fiesta, ¿para qué queremos movernos más?», se justificaban Aitziber y sus amigas katxi tempranero en mano mientras se dirigían a la plaza de Los Fueros. Se habían salido un poco de los límites de su ruta pero iban en busca de otros «compañeros de fatigas» que disfrutaban de una dosis de herri kirolak.
Bares abarrotados
Y como el deporte cansa, aunque sólo sea desde la posición del mero ojeador, blusas y neskas se lanzaron a los bares para reponer fuerzas mientras asombraban a los turistas con su capacidad para devorar pinchos en hora punta. Seguro que no dudaron en retratar esta costumbre porque entre la procesión humana que caminaba por el centro vitoriano se avistaron varios foráneos armados de mapa y cámara fotográfica.
Los autóctonos, mientras, aprovechaban para hacerse con una posición privilegiada en algunas terrazas donde encontrar sombra no era esta vez un problema para observar el paseíllo vespertino hacia los toros. A la arena del coso vitoriano saltaron ayer el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, y los diestros Morante de la Puebla y Alejandro Talavante en un mano a mano. La faena festiva, eso sí, no ha hecho más que empezar.