El 'huracán' de 1941
El litoral cantábrico fue azotado en la posguerra por un temporal que propagó el pavoroso incendio de Santander
J. MUÑOZ
Sábado, 24 de enero 2009, 03:23
El temporal que se abatió desde la tarde ayer sobre la cornisa cantábrica -un ciclón provocado por una depresión atmosférica- tiene un precedente parecido (vientos del oeste y del sur), pero más devastador: la 'surada' de la noche del 15 al 16 de febrero de 1941, unas rachas de violencia inusitada que azotaron la costa septentrional de la península y propagaron el incendio que destruyó la ciudad de Santander.
La magnitud de aquella tragedia -las llamas devoraron el centro histórico de la capital cántabra- dejó en un segundo plano la tempestad que provocó el desastre, la más extraordinaria que conoció España en el siglo XX. Se calcula que el viento rebasó los 200 kilómetros por hora en Santander, aunque nadie lo sabe a ciencia cierta, pues el aire sopló con tal fuerza que inutilizó los anemómetros.
En el monte donostiarra de Igueldo se midió una racha de 196,8 kilómetros por hora, según un documento del Ministerio del Aire, un 'récord' oficioso aún no superado, salvo en las cumbres de las montañas. El temporal también azotó las capitales de la meseta norte. Por ejemplo, Vitoria anotó 103 kilómetros por hora; Logroño, 101; León, 118 y Valladolid, 107. En el otro extremo de la Península, Almería registró 126 kilómetros por hora.
Los meteorólogos describen lo que ocurrió en 1941 como una 'ciclogénesis a sotavento', en la que los vientos del sur que se dirigían hacia una borrasca situada sobre Galicia multiplicaron su velocidad al pasar por la cordillera cantábrica. En cuestión de horas, la presión atmosférica se desplomó, y con aquel brusco descenso se produjo un vendaval que castigó Cantabria y el País Vasco con virulencia, aunque la primera comunidad sufrió sus efectos de forma más intensa debido a que su orografía es más abrupta. En Galicia, algunos vecinos de la zona de Finisterre, que eran unos niños cuando contemplaron la tempestad, recuerdan que las olas formaron frentes como no se han vuelto a ver desde entonces.
El 'Hortensia'
El Cantábrico ha sido escenario de fenómenos similares en varias ocasiones desde los años 70. Uno de ellos se produjo el 11 diciembre de 1978 y recordó al de posguerra. El viento del suroeste sopló con enorme intensidad en Oviedo, cuyo observatorio llegó a detectar una racha de 190 kilómetros por hora. En la costa gallega se midieron 152 kilómetros en Marín y 155 en Monteventoso, sobre la ría de Ferrol.
Las rachas 'huracanadas' se repitieron en el Cantábrico el 3 de octubre de 1984. Eran los restos del ciclón tropical Hortensia, que se acercó a Galicia tras haber 'engordado' de repente al encontrarse con una masa de aire frío en el Atlántico. El peor día fue el 4 de octubre, cuando la velocidad del viento osciló entre los 158 kilómetros por hora de Monteventoso y los 144 de Igueldo.
Otro gran vendaval embistió la cornisa cantábrica entre el 25 y el 27 de diciembre 1999. Dos borrascas seguidas barrieron toda la costa y causaron estragos en las Landas francesas. La Estaca de Bares, el cabo Mayor y el cabo Machichaco registraron vientos de más de 170 kilómetros por hora. Los bosques de las Landas sufrieron tales destrozos que hubo que realizar grandes talas, y el precio de la madera de pino se desplomó en Europa.